Escritor Español Petrusvil

¿Es verdad que los recursos naturales son finitos?

11/11/2021

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 7 minutos
¿Es verdad que los recursos naturales son finitos?

Una verdad que parece contradictoria: los recursos no renovables, como el petróleo o el cobre, nunca se acabarán. En defensa del cornucopianismo contra el maltusianismo (¿Es verdad que los recursos naturales son finitos? )

Es verdad que los recursos naturales son finitos

El mundo tiene muchos problemas complejos, pero también está mejorando y cada vez a mejor.

Morimos, pero más tarde de lo que solíamos hacerlo. Casi no morimos al nacer como ocurría antes. En la población mundial cada vez son menos los analfabetos, desnutridos o extremadamente pobres. Las personas en casi todos los países tienen menos probabilidades de morir de tuberculosis, diarrea y otras enfermedades que asolaron a la humanidad durante siglos. Incluso las muertes en las guerras y los homicidios parecen estar en declive a largo plazo (salvo escasos países empecinados en autodestruirse, sic Venezuela).

Una descripción más precisa para aquellos que reconocen que vivimos en un mundo imperfecto pero en mejora es lo posibilista, que tal como escribió Rosling, es «alguien que ni espera sin razón ni teme sin razón, alguien que se resiste constantemente a la cosmovisión sobredramática». Aún así, incluso este tipo de optimismo molesta a los detractores maltusianos.

Se ataca por doquier al “Cornucopianismo”- Cuerno de la abundancia- la creencia economicista de que el crecimiento infinito es posible y que los recursos no son finitos. “La gran mayoría de los recursos de la Tierra son finitos”, argumentan los maltusianistas. «El caucho hasta la madera y el petróleo o el cobre, el litio y los zafiros, todos son limitados». Desafortunadamente, esta errónea idea por simplista es común.

¿Es verdad que los recursos naturales son finitos?

El avance tecnológico, de nuevas ideas, de mejora o captación de nuevos recursos hace que no se agoten los recursos no renovables.

Las reservas probadas de petróleo del mundo totalizaron 1.732,4 mil millones de barriles el año pasado. Durante 2019, el año previo a la pandemia más reciente, el mundo consumió alrededor de 31 mil millones de barriles, lo que significa que nos quedaban apenas 56 años de reservas probadas de petróleo, un poco menos si el consumo de petróleo siguiera aumentando con su tendencia histórica. ¡El petróleo se acabará este siglo! dirán los maltusianos.

Pues no. En el año 2000, gastamos 25,2 mil millones de barriles de petróleo para unas reservas contrastadas de 1300,9 mil millones (quedaban 52 años de suministro). ¡Ah pero en 2020, sin embargo, nos quedan 56 años de suministro, a pesar de que usamos alrededor de un 25% más de petróleo que en el 2000. En los últimos veinte años, entonces, la humanidad ha gastado mucho petróleo, pero el petróleo se ha vuelto un 33% más abundante. ¿Como es esto posible?

Gran parte del petróleo que se generó hace 200 millones de año en el Mesozoico está aun por descubrir, ahora bien la cantidad total de petróleo en el suelo no cambia mucho de un año a otro porque eso dependerá de la mejora tecnológica a medio y largo plazo. Todo depende de responder a estas preguntas : ¿De cuánto petróleo tenemos conocimiento porque es localizable? ¿cuánto de ese petróleo podemos extraer con la tecnología actual? y ¿cuánto de ese petróleo se puede extraer a un coste razonable?

La historia geológica desmonta el tinglado climático

Esas tres variables cambian con el tiempo y eso marca la ventana de posibilidades. Encontramos petróleo en lugares donde no sabíamos que existía, o las nuevas tecnologías desbloquean reservas que no eran accesibles. Por otro lado el sistema de libre mercado actúa de regulador de la cantidad consumida de petróleo. Si el petróleo se vuelve más escaso incentiva menores consumos y mayores producciones al subir el precio. Mientras vivamos en una economía de mercado, los precios fluctuarán libremente según la oferta y demanda de cada momento reflejando la realidad económica. Todo esto nos lleva a la conclusión de que el petróleo no se agotará antes de que se vuelva obsoleto y lleguemos a usar nuevas fuentes de energía.

Históricamente hay muchos ejemplos similares.

Históricamente hay muchos ejemplos similares. Por ejemplo: Con la pesca de las ballenas de finales del siglo XIX se podía haber pensado que como las ballenas son recursos finitos, si se reproducen más lentamente que se las pesca, por culpa de la codicia de la humanidad, el deseo consumista de luz y los barcos balleneros cada vez más rápidos y mortíferos, las ballenas se extinguirán y nos quedaremos sin la energía que genera su grasa porque es un recurso natural finito.

Claro que, mire ud., la realidad se desarrolló de manera completamente distinta al prediccionismo catastrofero. Hoy en día, casi todas las especies de ballenas está fuera de peligro de extinción y su fauna está in crescendo– y no principalmente porque se las protegiera-. Las ballenas jorobadas, esas majestuosas criaturas que asombran a los turistas en todos los océanos, parecen haber superado la cantidad de cetáceos preexistente a cuando comenzó la pesca industrial, según una investigación publicada en la revista Time.

Vino a acontecer lo que ya hemos contado, que los nuevos inventos y avances tecnológicos hicieron innecesario el uso de aceite de ballena como combustible e iluminación, y las demandas de los consumidores, y la riqueza, cambiaron, tanto que casi todos los países han prohibido la caza de ballenas. Inclusive, las nuevas tecnologías mejoraron la iluminación, la calefacción, “esas odiosas necesidades humanas”.

¿Es verdad que los recursos naturales son finitos?

El cuerno de la abundancia de las materias primas

Las materias primas como el cobre, la plata, el estaño o la madera son finitas. Por eso, los pesimistas lloriquean, algún día se agotarán. Pero esta conclusión es falaz. Las materias primas son cuantitativamente limitadas, pero los recursos son económicamente infinitos. Eso es porque el valor económico no es intrínseco a la cantidad. En cambio, el valor es subjetivo, existiendo solo en la mente y en los fines que eligen los consumidores, amén de que los avances tecnológicos modifican esas necesidades de consumo del bien escaso o las cambian por otros bienes que mejor las satisfacen. En otras palabras, podemos obtener una cantidad infinita de valor de una determinada cantidad de material.

Andrew McAfee del MIT demostró que podemos obtener más con menos. El número de átomos puede ser limitado, pero esos átomos pueden combinarse y recombinarse en una variedad infinita de moléculas, lo que nos permite satisfacer nuestras necesidades y deseos de formas mejores, más óptimas, más rápidas, más baratas y menos despilfarradoras. Además, no hay límite a cuánto podemos especializarnos o reestructurar nuestro trabajo, producción y consumo.

Además, los materiales también se pueden reutilizar. Casi todo el cobre que la humanidad ha extraído de la Tierra (unos tres billones de toneladas más o menos) todavía está con nosotros y son recuperables: Están en los edificios, el cableado que mueve nuestra electricidad, las televisiones, portátiles y smartphones que nos entretiene, en los electrodomésticos que nos facilitan la vida y los servidores que alimentan y almacenan nuestras vidas digitales.

Cuando las materias primas se vuelvan demasiado «escasas» y, por lo tanto, demasiado caras, la mano invisible del mercado actuará

Quedan cientos de años de reservas de uranio e incluso más carbón. Los depósitos conocidos de bauxita, de la que extraemos el aluminio, durarán cientos de años con el uso actual. O quizás incluso más que eso. Cuando las materias primas se vuelvan demasiado «escasas» y, por lo tanto, demasiado caras, la mano invisible del mercado actuará –Adam Smith- y entonces usaremos otras cosas para impulsar nuestra civilización. Si bien hay una cantidad final de petróleo y otras materias primas en el suelo, los precios del mercado y las mejoras tecnológicas, como hemos visto, asegurarán que nunca los usaremos todos. Durarán para siempre.

La acusación de “cornucopianismo” puede ser rebatida por otro concepto, uno más sólido empíricamente y suficientemente investigado: Se llama “superabundancia” , “una condición en la que la abundancia de los recursos aumenta a un ritmo más rápido que el crecimiento de la población. «Se demuestra que 50 materias primas comunes se han vuelto menos escasas en los últimos cuarenta años cuando ajustamos la inflación y los aumentos en los ingresos”. “Que cada 14 años se duplican los recursos disponibles” “Que cada 20 años se duplican los recursos per cápita” y que cada 1% de aumento en la población ocasiona un aumento del 4% en la abundancia”. Ver en mi post: No pongamos límites al hombre: A más población más riqueza

¿Es verdad que los recursos naturales son finitos?

Conclusiones

Contrariamente a las afirmaciones de escasez, parece que más población – más mentes creativas- y más crecimiento económico – asignación más eficiente de los recursos- tienden a beneficiar, no a empobrecer, a la humanidad. Aunque el planeta alberga a muchas más personas que compiten por los mismos materiales, tenemos acceso a más recursos naturales que hace veinte o cuarenta años. Esta es una característica, no una señal o un error accidental.

Cuando consideramos adecuadamente el poder de los precios del mercado para racionar los recursos, nuestra capacidad para descubrir sustitutos y la historia del cambio tecnológico, surge una conclusión muy contradictoria: los recursos no renovables, como el petróleo o el cobre, nunca se agotan .

Puede que ese no sea el mejor de todos los mundos posibles, pero es mucho mejor de lo que la mayoría de la gente piensa.

(FiN) ¿Es verdad que los recursos naturales son finitos?

FiN

Seguidamente pueden leer tres artículos más sobre este asunto tan controvertido:

No pongamos límites al hombre | Segunda parte

No pongamos límites al hombre: Somos ricos porque somos muchos

No pongamos límites al hombre: El comercio y la calidad de vida