
A mi madre | A todas las madres
¡Cuántas veces, durmiendo en tu regazo,
( Atribuida a José de Espronceda)
en pájaros y flores yo soñé!
¡Cuántas me diste, oh madre, un tierno abrazo
porque alegre y risueño te miré.
Mis caricias pagaste con exceso,
Como pagan las flores el abril;
Mil besos, ¡ay!, me dabas por un beso,
Por un abrazo tú me dabas mil.
Mi hijo
Hijo de mi querer,
de una pasión escondida,
que es mi deseo de ser
más allá de mi vida.
Condición del ser madre,
en la congoja de la espera,
mis entrañas sabían tu nombre
y pasaba las noches enteras
que no hacía sino llamarte
aunque tú no lo supieras.
Hijo de mi fe,
para aprender a dar, dando,
yo te quise tener.
Pues no hay amor más regalado
que el que una madre dé.
Sólo quiero tu sonrisa
y tu llanto.
Nada más, mi vida,
quiero a cambio.
Hasta que Dios me desviva
acompañarte en vivir espero,
aconsejarte aunque me desdigas
e ir contigo por este sendero
de alegrías y desdichas.
Con una mano tendida
siempre estaré a tu lado,
exultante o rendida
en mi hallarás consuelo.
Criatura de mis cuitas.
Razón de mis desvelos.
A mi madre | A todas las madres
FiN
( Publicado el 03/05/2015 / Actualizado el 11/11/2021)
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