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El mito falaz de la sobrepoblación

04/02/2023

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 4 minutos.
El mito falaz de la sobrepoblación

En la actualidad viven 8.000 millones de personas en el planeta. Las cuestiones que preocupan a la humanidad son: ¿hay suficiente espacio para todos? ¿Nos vamos a quedar sin Recursos Naturales? ¿Cómo vamos a alimentar a todo el mundo? (El mito falaz de la sobrepoblación)

El mito falaz de la sobrepoblación

Estas preguntas no son nuevas. Los nefastos agoreros de los recursos limitados del planeta se las han estado haciendo durante más de 200 años desde que, en 1798, un economista inglés llamado Thomas Malthus escribió su famoso ensayo sobre el principio de la población.

Malthus afirmaba que la población crecía exponencialmente mientras que los recursos necesarios para alimentar a esa población crecían linealmente. Y que la brecha que se iba ampliando entre una y otra llegaría a originar hambrunas, el colapso y el fin de la humaniidad.

Malthus estaba fatalmente equivocado y por mucho. La fatalidad ha sido que sus seguidores, los maltusianos se instalaron en el error. Luego en 1968 el Club de Roma empezó a hablar de los límites del crecimiento y, años después, una marea de peligrosos visionarios instalados en las instituciones de gobernanza quieren constreñir el beneficioso crecimiento humano.

Lo cierto es que se ha demostrado ya históricamente que desde el s. XIX, a medida que la población crecía, la producción de alimentos mejoraba y también lo hizo casi todo todo lo demás, la salud, la calidad de vida, etc.

Considere como ha mejorado la vida de un típico trabajador, comparando entre dos siglos consecutivos con una unidad de medida que podemos definir como la cantidad de tiempo que tendría que trabajar para comprar un determinado artículo en el año 1900 y, luego, en el año 2018.

Pues bien, la cantidad de tiempo que un obrero gastó en ganar el dinero suficiente para comprar una libra de carne de cerdo se redujo en un 98%. Para comprar una libra de arroz redujo su tiempo de trabajo un 97% en el interregno de un siglo, Y para comprar una libra de café el 94%. Mientras que si miramos las materias primas para producir algunos bienes como el caucho, el aluminio o el algodón, las materias primas son insumos valiosos en los procesos de producción que influyen en los precios de los bienes y servicios y, por tanto en el nivel de vida general. Sus precios relativos cayeron un 99%, un 98% y un 96% respectivamente.

El mito falaz de la sobrepoblación

Y todo ello mientras, por ejemplo, la población de Estados Unidos aumentaba de 76 a 328 millones. Es decir, se multiplicaba por más de cuatro veces.

Las hambrunas, antaño comunes, han desaparecido – fuera de las zonas de guerra- en gran parte del mundo. Esta relación entre el crecimiento y la abundancia puede parecer contra-intuitivo pero es verdad. Si miramos este gráfico que tanto asustó a Malthus:

El mito falaz de la sobrepoblación

La realidad hoy en día es muy diferente. Mientras más gente somos más abundancia tenemos, en comparación con las generaciones anteriores. Ahora vivimos en un mundo de superabundancia.

¿Y que es lo que hace posible esta superabundancia? La respuesta es el conocimiento. Thomas Sowell, economista de la institución Hoover lo explica así. La diferencia en el nivel de vida entre el hombre de las cavernas y nosotros no son los recursos naturales, la diferencia es el conocimiento. Nosotros disponemos de mucho más y usamos ese conocimiento para hacer cosas con los mismos recursos naturales que existían en la época del hombre de las cavernas, pero que el hombre de las cavernas nunca podría haber imaginado.

Veamos algo tan simple como un grano de arena que ha estado por ahí durante miles de millones de años, entonces hace unos cuatro mil quinientos años atrás alguien descubrió que calentando la arena a poco más de 1650 ºC, la arena podría convertirse en cuentas de vidrio, luego en frascos de vidrio y mucho más tarde en ventanas. Con cada paso aumentábamos el valor producido a partir de un grano de arena.

Hoy usamos vidrio en cables de fibra óptica y en los microchips de los ordenadores que sobreelevan nuestra productividad haciéndonos más prósperos que nuestros antepasados. El ingrediente que lo cambia todo es el conocimiento que convierte los recursos naturales finitos en otra infinidad de recursos posibles.

El mito falaz de la sobrepoblación

Pero los nuevos conocimientos surgen de la mente de las personas. Un recién nacido no sólo viene al mundo con el estómago vacío, sino también con un cerebro capaz de un pensamiento inteligente, con la capacidad de cambiar el mundo. Nuestros antepasados lo expresaban bien: “Un niño biene con un pan debajo del brazo”. No obstante el desarrollo del conocimiento y la inventiva que puedan reportar utilidad a la humanidad requiere de muchas mentes, de muchos individuos y cuantos más mejor. La utilidad del conocimiento crece a medida que crece la población mundial.

No pongamos límites al hombre: Ideantes y socializantes – Escritor Español Petrusvil

Así que lo que realmente importa no es el número finito de átomos en el planeta, ya sean de zinc o cobre o calquier otro elemento, sino la capacidad humana de combinar y combinar y recombinar esos átomos en formas cada vez más valiosas.

Por tanto, podemos afirmar que el crecimiento económico depende menos de los recursos que son limitados y más del conocimiento, que puede ser ilimitado. Pero para ello Como dijo el economista y premio Nobel, Paul Romer las nuevas ideas no suman, multiplican.

He aquí otra sencilla analogía útil. El mundo es un sistema cerrado de la misma manera que un piano es un sistema cerrado. El preciado instrumento sólo tiene 88 teclas, pero esas teclas se pueden tocar en un número inconmensurable de combinaciones posibles.

Lo mismo ocurre con nuestro planeta. Los átomos de la Tierra pueden ser fijos pero las posibles combinaciones de esos átomos son infinitas. Lo que importa no son los límites físicos de nuestro planeta sino los seres humanos y su libertad para experimentar y reimaginar el uso de los recursos que tenemos.

Para poder seguir viviendo en un mundo superabundante dependemos de dos componentes cruciales: las personas y la libertad. Cuanta más gente haya en el planeta y más libertad disfruten, mayor será la probabilidad de que se generen nuevas ideas útiles para hacer frente a nuestros problemas, sean cuales sean.

¿Sigue Ud. pensando que hay demasiada gente? ¿O tal vez es insuficiente?

Y los bendijo Dios; y les dijo Dios: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Génesis 1:28

(FiN) El mito falaz de la sobrepoblación

FiN

El aumento del conocimiento aumenta los «recursos finitos»