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Una epidemia basada en datos falsos

06/02/2022

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 2 minutos.
Una epidemia basada en datos falsos

Un artículo reciente del New York Times informó sobre un gran estudio que concluyó que hasta el 90 por ciento de todos los casos de COVID en EE. UU. son falsos positivos. (Una epidemia basada en datos falsos)

Ha habido numerosos informes de hospitales que informan «COVID» en los certificados de defunción de los pacientes sin justificación alguna. El propio CDC ha declarado que solo el 6 por ciento de las muertes por COVID reportadas en los EE. UU. son propiamente por el virus. El resto se producen por comorbilidades con PCR positivos. Esto significa que se está contando erróneamente un elevadísimo número de casos. Estas personas, en su mayoría de edad avanzada (el 94%), tenían condiciones médicas previas que eran potencialmente letales por sí mismas.

Tanto los números de casos como de muerte por COVID muestran evidencia de fraude. De acuerdo con la ley, el fraude significativo cometido durante un desastre es un delito grave, con una pena de hasta 30 años de prisión.

¿No debería la justicia realizar una investigación sobre un posible fraude relacionado con el COVID? Después de todo, los confinamientos y la devastación económica y muchas muertes colaterales se justifican sobre la base de… ¿qué?: ¿Números de casos y muertes falsificados? Si los datos son incorrectos, algún fiscal del Departamento de Justicia debería averiguarlo.

Una epidemia basada en datos falsos

Supongamos que las cifras reales son mucho, muchísimo más bajas de lo que indican los informes oficiales, entonces los cierres y la devastación económica habrían sido innecesarios e injustificados. En diferentes puntos de la red de información, las personas están cometiendo fraude de datos. Y ese fraude ha ocasionado daños económicos enormes y muchas vidas humanas perdidas por la decisiones erróneas tomadas en base a esos datos falsos.

Este no es un rompecabezas misterioso que solo los ganadores del Premio Nobel pudieran clarificar. De la misma manera, el fraude de números de muertes y casos de COVID no es un laberinto científico complejo que solo los expertos pueden abordar. Es una pregunta y una respuesta. Si o no. No hay nada arcano aquí. Se trata de DATOS, sencillamente. ¿Los datos son verdaderos o falsos? Si es falso, ¿quién está cometiendo el fraude? ¿Quién está sesgando los números e inventando razones transparentemente absurdas para sesgar los números? ¿Ha sido la PCR un test defectuoso? ¿Quién o quienes, irresponsablemente, acordaron usarlo?

Si los Departamentos de Justicia se niegan, si los fiscales no tienen el estómago para la batalla, entonces todavía tenemos los tribunales y la denuncia civil. Tenemos, por ejemplo, la decisión reciente en el caso de Pensilvania, donde un juez federal dictaminó que las medidas de cierre del gobernador violaban las libertades constitucionales. Ya hay denuncias contra la covidocracia, contra Bill Gates, y más que habrá. En un futuro próximo todo esto se va a destapar.

Una epidemia basada en datos falsos

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