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A esta entrada la sigue la entrada «El misticismo consumista – La Máquina (II)«. (La Máquina Global)
Es un sistema de poder y tecnología que ahora nos entrelaza a todos; establecido sobre una sociedad tecnológica de consumo. Una minoría dominante creará una estructura uniforme, dominante, envolvente y superplanetaria, diseñada para funcionar automáticamente y dominar al hombre. Persigue el control del crecimiento (sostenible), la sumisión del hombre y la acumulación continuada y asegurada de riqueza por parte de las élites.
La Máquina Global
En lugar de funcionar activamente como una personalidad autónoma, el hombre se convertirá en un animal pasivo, sin propósito, condicionado por la máquina, cuyas funciones propias, tal y como los técnicos interpretan ahora el papel del hombre, serán alimentadas por la máquina o estrictamente limitadas y controladas en beneficio de organizaciones colectivas despersonalizadas.
Con esta nueva ‘megatécnica’, la minoría dominante – la nueva élite- creará una estructura superplanetaria uniforme, envolvente, diseñada para operación automática.
En lugar de funcionar activamente como una personalidad autónoma, el hombre se convertirá en un animal pasivo, sin propósito, condicionado por la máquina, cuyas funciones apropiadas, tal como los técnicos interpretan ahora el papel del hombre, serán alimentadas a la máquina o estrictamente limitadas y controladas en beneficio de organizaciones despersonalizadas y colectivas.
Esas ‘organizaciones colectivas despersonalizadas’ son las corporaciones gigantes que se extienden por todo el mundo y que ahora controlan la mayor parte de nuestras vidas. Producen los alimentos que comemos, la ropa que usamos, la tecnología que usamos, el ‘entretenimiento’ que consumimos y las ‘noticias’ en las que basamos nuestras opiniones, mientras nos emplean a millones de nosotros como trabajadores y nos cosechan como productos a nosotros mismos.
La Máquina Global
Estas empresas operan a través de una red tecnológica global de asombrosa potencia y complejidad. Cables submarinos, satélites en órbita, dispositivos de control en nuestros hogares y en nuestros bolsillos (smartphones). Y, muy pronto, calles, edificios y electrodomésticos conectados a la web, todos ellos controlándonos en tiempo real y vendiéndonos lo que no sabíamos que necesitábamos.
Y, a través de la información personal detallada, que les ofrecemos libremente a diario en toda la web global y con nuestros móviles de última generación, así como con la moneda y los pagos digitales, terminarán controlando a todos y cada uno de nosotros mediante un sistema de crédito social con penalizaciones a nuestra libertad por no cumplir sus normas.
Estas megacorporaciones son favorecidas por Estados colectivos igualmente despersonalizados – en realidad el comportamiento de ambos es colusivo-. Estos gobiernos existen no para promover los intereses de sus ciudadanos (a pesar de lo que esos medios de comunicación y sistemas de entretenimiento controlados por las corporaciones nos quieren hacer creer), sino para servir a las corporaciones y proveer a sus intereses: un proceso conocido como «crecimiento económico sostenible»
«El control del crecimiento y el enriquecimiento sostenido y sostenible de las élites» es el objetivo primordial de la «economía global» que la Máquina ha construido: todo lo demás es secundario. Sólo tiene ese objetivo específico pero nos los muestra como una pletora de objetivos buenistas. No tiene un final a la vista sino la dominación del hombre. Y siempre se justifican señalando problemas, reales o inventados, -pobreza, degradación medioambiental, … -. Veánse a tal efecto los Objetivos de la Agenda 2030.
La Máquina Global
Estos problemas se ocasionaron en muchos casos por el crecimiento. Pero que ahora sólo pueden resolverse con crecimiento de otro tipo: “Crecimiento Sostenible” lo llaman.
Todo se ve facilitado por la producción y el consumo de «bienes y servicios», cuyo deseo (o «necesidad») ha sido fabricado por grandes empresas de marketing y publicidad cuyas mejores mentes están entrenadas en la esencia de la manipulación psicológica.
El auge y el triunfo de Internet y de las tecnologías de smartphones – la red neurológica de la Máquina- ha hecho que ahora haya pocos lugares en la Tierra donde podamos escapar de las élites corporativas (Estados, entes supranacionales y megacorporaciones) y de la necesidad incesante de contribuir al nuevo orden mundial haciendo clic, desplazándonos, comprando y compitiendo.
La Máquina ha hecho prescribir todos nuestros valores y proscrito las alternativas a su dominancia, y no muestra signos de detenerse. De hecho, no puede detenerse, porque hacerlo significaría el colapso. El “crecimiento sostenible” se ha convertido en un fin en sí mismo.
Como el gran Edward Abbey señaló una vez: «el crecimiento por el crecimiento es la ideología de la célula cancerosa». Una vez creado el cáncer la Máquina quiere hacerlo crónico: Sostenible.
(FiN) La Máquina Global
FiN
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El misticismo consumista – La Máquina II
