El Blog de Petrusvil | Prosa Poesía

Wokismo: El camino a la mediocridad

25/11/2022

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 4 minutos.
Wokismo: El camino a la mediocridad
El wokismo busca silenciar al que no piensa como ellos.

El progresismo despertado (woke) busca fortalecer a los débiles debilitando a los fuertes. El wokismo nos pone frente a la amenaza de evolucionar hacia una estructura política decadente: una “mediocracia” en vez de a una meritocracia. (Wokismo: El camino a la mediocridad)

Wokismo: El camino a la mediocridad

Una “mediocracia” sería una estructura social en la que prevalece la mediocridad. Los wokeros (despertadores) pretenden cambiar la sociedad disminuyéndola. Persiguen la mediocridad bajo el estandarte de nuestra obligación moral de elevar “artificialmente” el estatus de los que tienen bajo rendimiento, los marginados y las minorías en nuestra sociedad. La estratagema básica es agrupar a esos individuos en grupos y definirlos como víctimas de la opresión. Las «victimas» sufren únicamente por la estructura social opresiva de la supremacía blanca patriarcal, que debe ser desmantelada.

El sólo hecho de oponerse a este buenisteísmo que pretende igualar el rasero de todos al más puro estilo comunista es odioso, inmoral y racista. Además de hipócrita pues se prescinde de los blancos de bajo rendimiento como deplorables irredimibles y que no merecen más atención. Nuestra sociedad, es acusada sin motivo de racismo y xenofobia. Y se la considera ilegítima, cuando estamos ante la sociedad humana menos racista y xenófoba de la historia.

Este mensaje se entrega a las masas a través de las universidades, la empresas… y la utilización de los medios de comunicación para controlar, engañar y manipular el pensamiento público a través de un lenguaje ambiguo y engañoso, análogo a la neolengua orwelliana.

Incluso el deporte se ha politizado, wokizándose como es el caso de hincar rodilla en tierra para pedir perdón ¿por qué? Esa moda estúpida de pedir perdôn por algo que hicieron nuestros antepasados en unas épocas muy distintas a las actuales. ¿Qué culpa tiene el hombre moderno por ello? Simplemente se trata de una ceremonia de la confusión, un mero acto de falsa contricción y propagandístico.

Wokismo: El camino a la mediocridad

Wokismo: El camino a la mediocridad

Aquellas personas que no se adhieren a la mediocracia son degradados como negacionistas, haters, enemigos o generadores de desinformación, y deben ser silenciados.

Deconstruir la cultura es una prolongación natural – ciertamente antinatural- de la corrección política. Es anular el sentido crítico de las personas pasando del “no deberías decir eso” al “no puedes decir eso”.

Para elevar el estatus de aquellos definidos como oprimidos, debemos embarcarnos en un programa de diversidad, equidad e inclusión. He aquí la palabrería embaucadora. Veamos cada una de ellas.

“¡La diversidad es nuestra fuerza!” ¿Lo es? Realmente la fortaleza de nuestra sociedad radica en su capacidad para construir conjuntamente. Lo que le exige alinear sus fuerzas con la suficiente magnitud y dirección para lograr sus fines.

En física, este empuje se conoce como vector primario. Diversas fuerzas que vuelan en todas direcciones solo sirven para debilitar las fuerzas vectoriales. La fuerza radica en vencer las diversas fuerzas y alinearlas con el vector primario. En la sociedad esto se logra a través de la asimilación. Pero el progresismo woke frustra la asimilación al dividir los elementos sociales en facciones antagónicas -los opresores contra los oprimidos– a través de políticas de identidad. Facilitar la diversidad, per se, de una manera tan conflictiva ya divide y debilita las naciones.

La equidad es la búsqueda de resultados iguales. Una búsqueda aparentemente noble que diluye y eclipsa la de la igualdad de oportunidades, dando, realmente, a unos más oportunidades que a otros. La “discriminación positiva” es una tara en el crecimiento personal. Al dejar de necesitar del esfuerzo y de la excelencia, el positivamente discriminado se vuelve dependiente económica y socialmente, un lastre para la sociedad. El wokismo equipara la exigente meritocracia con el “privilegio blanco”. Y exige que el avance se base en cambio en el “privilegio” con la raza o el género. Cuando se aplica universalmente, es un gran paso en el camino hacia la mediocridad mundial.

Wokismo: El camino a la mediocridad

Lo cierto es que el “privilegio blanco” hoy no existe. Se ha ido diluyendo con los siglos llegando a una homogeneidad de oportunidades tanto para las razas como para las mujeres (género). El wokismo juzga a todos blancos con “exagerados estereotipos” construidos sobre los antecedentes históricos de sus predecesores. Saltándose la regla básica de no juzgar injustamente a las sociedades antiguas bajo el contexto moderno.

Por último, la inclusión se relaciona con la unión de los oprimidos y sus defensores wokes. Los opresores no necesitan postularse, ya que son en gran medida incapaces de superar su privilegio blanco, su sesgo inconsciente y su fragilidad blanca. Sólo se les deja golpearse el pecho y entonar el mea culpa, o arrodillarse en público como hacen los futbolistas de la selección woke-inglesa.

La izquierda, que alguna vez abogó por la asimilación de los desfavorecidos en el bienestar de la corriente principal… ahora busca demonizar y eliminar la corriente principal. Dicen que también debemos legalizar las drogas, ignorar la propiedad privada, buscar la ruptura familiar; entender la depresión y el suicidio, el crimen (la policía no debe actuar) y la afluencia de mano de obra no cualificada al mercado laboral, …

El progresismo de Woke, bajo la bandera del racismo, predica que nuestra sociedad es producto únicamente de la supremacía blanca, es irremediablemente inmoral e insostenible. Todos los productos de esta sociedad, incluida su grandeza y sus logros, deben ser sacrificados.

La mediocracia – y su consecuencia final, la inútilcracia (democracia de los inútiles)- resultante. provocará entonces que la sociedad esté madura para el control de la élite gobernante.

Wokismo: El camino a la mediocridad

FiN

El «despertar» de la religión Woke