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La laminación censora de los “despertados” – woke o guokeros- prosigue ufana su “quema de películas” al modo nazi. (Volveremos a Perpignan para poder ver Grease )
Con letras como, “Tell me more, tell me more, did she put up a fight? La de Grease atrae a los adictos a las cancelaciones, la censura guokera está “on fire”. Cuando se pusieron en marcha los planes para una nueva producción del musical en Londres, los “estudiantes despiertos”;–a mi ya me suena a zombies que se levantan- forzaron la cancelación de una producción escolar planificada en Down Under,; indignados – coléricos me parece más apropiado- por los «temas ofensivos, sexistas y machistas» del programa – generofóbicos les faltó por decir-.
En el Scotch College y el Presbyterian Ladies College, dos escuelas K-12 en Western Australia (cabía esperar que poco “penetradas” por la ideología guokera);planeaban poner Grease, pero en una declaración conjunta comunicaron que la propuesta fue rechazada después de que; «varias estudiantes guokeadas de PLC – algo así como Formación Profesional- expresaron su preocupación sobre si el musical era apropiado en los “tiempos modernos”. La dirección de ambas escuelas “escucharon con respeto” – literal- las preocupaciones de las niñas – desde luego si que son otros tiempos-;y acordaron que un “musical diferente sería más adecuado para su producción conjunta en 2022”.
Volveremos a Perpignan para poder ver Grease
Olivia Newton-John rechazó los primeros rumores de protesta el año pasado, diciendo: “No hay nada profundo en [ Grease ] sobre la cultura #MeToo” sugiriendo que los jóvenes detractores del programa deberían reconocer que “las cosas eran diferentes” en la década de 1950. Ese es el punto central de la película. Un par de proyectos de precuela están en proceso,;uno es una serie en HBO Max llamada Rise of the Pink Ladies y el otro una función en;Paramount llamada Summer Nights – habrá que ver la “adaptación que hacen las plataformas de contenido habitualmente “tan sensibles ideológicamente”, será hilarante verlas-.
Aquellos maravillosos años cincuenta ya están tristemente etiquetados como políticamente incorrectos. Ya verán cuando las virginales mentes woke oigan hablar de otro musical, este de los años setenta aún más oscuro, que presenta de manera prominente el racismo, la violación en grupo, el intento de violación en una cita como otra cualquiera y una muerte accidental con tendencias suicidas, todo en los últimos veinte minutos de la película: Saturday Night Fever, naturalmente. Los alaridos de los zombies guokeros se oirán hasta en los páramos de Alaska – y los Pegamoides-.
Algún empresario espabilado debería empezar a pensar en reabrir salas de cine para “dormilones” – unwokers- se forraría. ¿Volveremos a hacer escapaditas a Perpignan para poder ver pelis “woke-guarras”?
Volveremos a Perpignan para poder ver Grease
Source: Canceling ‘Grease’ Is the Word
FiN
El «despertar» de la religión Woke
