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A partir de esta semana, Islandia es el primer país del mundo que abandona por completo TODAS las medidas contra la Covid. Ya no habrá cierres ni restricciones sociales. No habrá PCR´s obligatorias y si te contagias de Covid no tendrás que hacer cuarentena. Desaparecen los pasaportes de vacunas y obligaciones de vacunación. Cualquier persona, independientemente de su estado de vacunación, podrá viajar al país sin necesidad de someterse a ninguna prueba ni pasaporte Covid. Los no vacunados no se enfrentarán a ninguna forma de discriminación o exclusión social. (Islandia derrumba la narrativa Covid)
Islandia está volviendo a la vida tal y como era antes de Covid.
Esto se produce cuando Islandia se encuentra en medio de una oleada masiva de Covid y está registrando casos récord.
Por si no lo sabían, el 90% de la población adulta de Islandia está totalmente vacunada.Obviamente, las vacunas no han hecho absolutamente nada para detener o incluso ralentizar la propagación de la variante Omicron del coronavirus. Al contrario, parece que han provocado su aumento desproporcionado.
El gobierno de Islandia no sólo ha decidido eliminar todas las restricciones y requisitos de vacunación de Covid,;sino que el Ministerio de Sanidad ha publicado nuevas y notables directrices sobre cómo hacer frente al virus. Las autoridades sanitarias del país han aconsejado a los islandeses que «es necesario infectar con el virus al mayor número de personas posible, ya que las vacunas no son suficientes».
Islandia derrumba la narrativa covid
Por fin, aceptan la inmunidad natural como la mejor protección descartando revacunaciones. El gobierno de Islandia dice ahora a sus habitantes que es bueno contraer el Covid. En otras palabras, el gobierno de Islandia ha decidido manejar el Covid a través de la inmunidad de rebaño derivada de la infección natural.
Esto supone la negación total de la narrativa oficial sobre el Covid que fue aceptada como la sabiduría convencional por casi todos los gobiernos durante los últimos dos años. La narrativa oficial nos decía: “La gente debe intentar evitar infectarse a toda costa y, en su lugar, esperar hasta poder inyectarse con las vacunas experimentales desarrolladas apresuradamente por Pfizer, Moderna y demás.
Ahora, sin embargo, los gobiernos están animando cada vez más a sus ciudadanos a olvidarse de las vacunas y, en su lugar, salir a enfrentarse al virus con su propio sistema inmunológico. Y tienen el descaro de decir esto después de dos años de cierres, confinamientos, cuarentenas, restricciones y clausuras a ultranza que han causado un daño económico, social y psicológico incalculable.
Han cambiado de opinión después de haber llevado a cabo una cruzada mundial de vacunación que ha permitido inyectar a más del 60% de la población de la Tierra con vacunas inadecuadamente probadas que han resultado ser poco eficaces y que han matado innecesariamente por sus efectos secundarios a millones de personas en todo el mundo.
Se trata, sin duda, de una de las mayores debacles en los anales del hombre.
En las próximas semanas tratarán de excusarse alegando que el virus ha cambiado y que es menos peligroso ahora que al principio. Esto es cierto hasta cierto punto. Sin embargo, el hecho cierto es que el virus nunca supuso un gran peligro para la mayoría de la gente y que su tasa de supervivencia era de un 99,7%..
No suponía prácticamente ninguna amenaza para los niños sanos ni los niños eran amenazas para sus mayores y sus abuelos. Sólo suponía un riesgo relativamente bajo para las personas sanas y activas en edad productiva. Ciertamente, la amenaza no era suficiente para justificar el cierre a gran escala de escuelas y negocios y otras medidas onerosas.
Tampoco justificaba la vacunación masiva e indiscriminada de niños y personas sanas con las peligrosas y deficientes vacunas. Estas políticas han sido un error garrafal que ha costado incontables billones de dólares e innumerables vidas.
Ahora que la falsa narrativa se está derrumbando, se deberían pedir explicaciones a los responsables de esta debacle antes de que se escapen de la ley.
Islandia derrumba la narrativa covid
FiN
Un % significativo cree que se ocultan efectos nocivos de las vacunas ARNm
