
Tabla de contenidos
- Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo
- Los pensadores que abrieron el camino para llegar a esta plasticidad tóxica humana
- El antiguo patrón de vida
- El mundo actual
- La tecnología
- El colapso de las fuentes de autoridad e identidad
- La pérdida del orden sagrado
- El sexo es el sentir interior más potente del hombre actual y fluye en toda su potencia por la pėrdida del orden moral.
- Conclusión
- (FiN) Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo
La noción del yo con la que ahora nos manejamos en Occidente es la de algo reblandecido y maleable en grado sumo. Creemos que podemos moldearnos a nosotros mismos de la forma que queramos o más nos apetezca. Podría decirse que se trata simplemente de un producto de la imaginación, del interior, de cada hombre. De un ser tan endiosado que es preso de su ‘voluntad de poder‘. (Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo)
Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo
Los pensadores que abrieron el camino para llegar a esta plasticidad tóxica humana
¿Cómo se ha llegado a esta visión depravada del hombre? ¿Qué ideas moldearon al hombre occidental hasta el punto de que no hay nada fijo, nada seguro, nada objetivo, nada siquiera parecido a la verdad?
Una visión degenerada que ha dado lugar tanto al transgenerismo (creer estar en “un ‘género’ equivocado”) o transespecismo (creer estar en “la especie equivocada”). O el transhumanismo (desear ser un individuo “aumentado” por diversas tecnologías, un híbrido hombre/máquina).
Los pensadores que abrieron el camino para llegar a esta plasticidad tóxica humana fueron quizás, Rousseau, los románticos, Darwin, Marx, Nietzsche, Freud y su discípulo Reich. Ninguno de ellos llegó a imaginar las interpretaciones espurias de sus pensamientos y menos aun sus consecuencias.
Para que se entienda lo de ‘interpretaciones espurias’ recurramos a un científico que no he mencionado en la lista, Albert Einstein, cuyo enfado por la ignorante o malintencionada interpretación de su Teoría de la Relatividad (no hay nada más absoluto que la velocidad de la luz, ya ven ustedes), conducente a justificar el relativismo moral, fue tan notorio como luego silenciado. Sin extenderme más sirva este ejemplo para resaltar como de equívocos y malas intenciones surgen interpretaciones sobre la humanidad tan estrambóticas como dañinas tal cual la que vivimos ahora.
La falaz interpretación pública de estos pensadores fue la mezcolanza, el caldo de partida pero se necesitaron una serie de catalizadores sociales producto de otro intruso, experto en falacias creadas para imponer su pensamiento ‘deconstructivo’, las ideologías. También ocurrieron hechos históricos que mermaron la autoridad religiosa.
¿Cómo sucedió el proceso de pasar de lo rocoso a lo maleable, de lo invariable a lo mutable? Puesto que la gran mayoría de las personas no han oído hablar de estos hombres ni les han leído y algunos de ellos ni siquiera fueron influyentes en su época: ¿Por qué son una fuerza tan poderosa en la nuestra, un siglo o más después? ¿Cuál fue el catalizador o los catalizadores si fueron varios?
¿Cómo hemos llegado de un mundo fijo a un mundo plástico, un mundo en el que hemos llegado a creer que podemos moldear la realidad como queramos que sea?
Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo
El antiguo patrón de vida
Imagine haber nacido hace un par de siglos. Con seguridad habría vivido toda tu vida en el pueblo en el que naciera. Habría contraído nupcias con alguien del pueblo, creado una familia y criado a sus hijos en el pueblo, habría sido bautizado y se habría celebrado su funeral en la iglesia del pueblo.
Sus hijos probablemente se habrían quedado en el pueblo de por vida, y probablemente habrían aprendido su misma profesión, mientras que sus hijas habrían aprendido cómo ser esposa y madre de su madre, su esposa.
Cada año, habría vivido el mismo ciclo vital, gobernado por las estaciones. No solo podría configurar su reloj al ritmo circadiano, sino que podría haber configurado todo el calendario. Si este pueblo hubiera estado en Europa occidental, habrías pertenecido a la Iglesia Católica.
En otras palabras, un patrón de vida muy estable, incluso fijo.
Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo
El mundo actual
Pero en nuestro mundo no ocurre eso. Transporte moderno, facilidad de migración, disponibilidad de educación, movilidad social, tecnología, ciencia, medicina y salud. Todos han contribuido a los cambios en los ritmos y patrones de la vida en comparación con los patrones de la vida del pueblo hace no más de unos cientocincuenta años, originando un mundo más líquido.
El hombre solía tener que encontrar su lugar en el mundo estable del pueblo; ahora puede crear su lugar en los espacios abiertos del mundo. Puede moldear su mundo, su ser, a su voluntad.
En el año 1400, el mundo parecía fijo, estable y sólido. Hoy parece tan maleable como la plastilina.
La cultura moderna ve el mundo como una materia prima que no sólo puede sino que debe ser moldeado por la voluntad humana. La tecnología ha jugado el papel más importante en este cambio de paradigma cultural. Podemos considerar la tecnología como un catalizador para crear un nuevo mundo a partir de la mezcolanza de ideas de los pensadores antes mencionados.
Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo

La tecnología
La tecnología es relativamente moderna. Se puede decir que apareció con la revolución industrial. El mundo de hoy es como es gracias a la tecnología, que no es nada más y nada menos que ciencia aplicada pero que, en cierto modo, ha librado al hombre de la maldición bíblica del pecado original: «… Te ganarás el pan con el sudor de tu frente…». Este hecho ha favorecido que el hombre se encumbre en dios.
La tecnología no es neutra…. a sus ventajas hay que añadirle efectos negativos. Internet “socava el pensamiento profundo” por el consumo de mucha información a gran velocidad. Priorizamos las conexiones digitales frente a las conversaciones cara a cara, a la escucha y a la empatía; caemos en la dispersión frente a la atención; nos consume la impaciencia frente a la espera; nos puede el afán de dominio frente a la acogida; terminamos prefiriendo el ruido frente al silencio; nos enviciamos en el consumismo automatizado frente a la reflexión crítica …
“Es una tontería pensar que la tecnología es neutral. Tiene un sesgo, nos empuja a comportarnos y a pensar de una manera determinada”.
Nicholas Karr
La tecnología refuerza la idea de “individuo”. Hoy en día podemos individualizar nuestras experiencias en casi todos los sentidos: música, noticias, videos, recreación, etc. De nuevo, el individuo se sitúa en el centro de su realidad. El trabajo, el ocio y el aprendizaje son actividades tecnológicas. El mundo se ve simplemente como «cosas», para ser moldeadas de acuerdo con la voluntad del nuevo creador: el individuo moderno.
La tecnología se ha convertido en una adicción, el surgimiento de algo que otorga al individuo poder y autoridad. Al menos le hace sentirse a uno como un dios y eso le ha bastado al hombre para creérselo: “Somos los que tenemos el poder y la voluntad, y somos los que le damos sentido al mundo”. La tecnología ha sido un factor que ha permitido que el hombre moderno se aleje de la ley natural y de la humildad humana. No siente el hombre su poquedad sino su potencia.
Cierto es que la tecnología en sí es un instrumento y que es el hombre el que puede usar bien o mal dicho instrumento. Pero esto no detecta el problema auténtico. Los grandes avances tecnológicos nos han sobrepasado en un momento en que los valores morales flaquean y no han sabido acompasarse a la velocidad de los cambios. Es tal la rapidez a la que avanza la tecnología que pensar que el hombre podrá ser más fuerte e inteligente como transhumano y que podrá vivir más años o para siempre en un breve lapso de tiempo es casi inevitable en la mente del hombre actual. Está ya escrito “De animales a dioses (Sapiens)” por un tal Yuval Noah Harari una mente enferma y peligrosamente endiosada que es el filósofo de cabecera del WEF.
Piénsenlo, ningún hombre de la antigüedad se creería Dios por haber inventado la rueda o el fuego o usarlos pero métanle de golpe a ese mismo hombre: internet, el portátil o la tablet, el smartphone, las gafas de realidad virtual, el metaverso, la cirugía estética y el transplante de pelo, la viagra, … y, no les quepa duda, se creerá Dios.
Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo
El colapso de las fuentes de autoridad e identidad
Por otro lado está el colapso de las fuentes externas tradicionales de autoridad e identidad. ¿Cómo ocurrió esto? Aquí confluyen tres grandes cambios producto tanto de hechos históricos como de las ideologías antes mentadas.
Los cismas y la pérdida de autoridad de la Iglesia cristiana.
En primer lugar, la Reforma que fracturó la Iglesia en Occidente, el cisma protestante. Se perdió la unidad institucional y con ella las pretensiones de autoridad de la Iglesia. Las naciones podían elegir la dirección de su fe a conveniencia (El anglicanismo, Enrique VIII y el protestantismo, Lutero; ambas en el siglo XVI).
Eventualmente, la elección llega a ser individual en nuestro tiempo, cambiando por completo quién tenía el poder en la relación: el sacerdote o el feligrés. Ahora «es el feligrés quien podía excomulgar (por así decirlo) al sacerdote». Quizás esto sea una de las razones por las que muchas iglesias hoy en día atienden más a lo que ven como la cultura popular o a las ‘necesidades’ de sus creyentes que a las verdades reveladas y a las obligaciones morales y ritos que de ellas se derivan. Es decir, por la impúdica razón utilitaria de no perder fieles, cambian el magisterio, la tradición, la fe y hasta sus dogmas.
La horrible consecuencia es que las religiones se ven arrastradas a abrir el abanico de religiosidades a una por hombre o esa religión desaparece; con lo cual, de caerse en esta trampa, esa religión, en cualquier caso, desaparece. Si la religión no cae en la trampa del individualismo entonces le ocurre lo que vaticinó Benedicto XVI, que ha de sobrevivir en núcleos humanos pequeños hasta que cambie el orden de los tiempos.
La destrucción de la familia tradicional
En segundo lugar, la destrucción de la familia tradicional y de su continuidad a través de las generaciones. La familia se ha llegado a presentar hoy en día como opresiva y tiránica, a menudo disfuncional: El heteropatriarcado.
El divorcio legal y sin culpa ha bajado el listón para la disolución del matrimonio; simplemente dejamos el matrimonio cuando ya no tenemos ganas o a la primera complicación. Eso ha originado familias monoparentales, familias mezcladas después del divorcio y, por último, los “matrimonios” homosexuales.
La multiplicación de ‘familias’ ha diluido y erosionado la estabilidad y la autoridad de la, primigenia y única, familia tradicional.
Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo

La destrucción de la nación
En tercer y último lugar, la nación. Si bien el estado-nación es una idea relativamente moderna (de hace medio milenio), la idea de una comunidad estable, una con tradiciones y costumbres conocidas, entendidas y aceptadas, es tan antigua como el hombre. Sin estas tradiciones y costumbres aceptadas, ¿existe tal cosa como una nación?
Hoy el globalismo, las falsas federaciones de naciones (la UE con legislaciones que se imponen a sus países mienbros), las agrupaciones de naciones (ONU, OEA, BRICS, etc.) y los organismos supranacionales (OMS, Banco Mundial, etc.) están desmembrando el concepto de nación tirando desde varios lados a la vez.
Cada vez más la nación se somete a los dictados de entes y personajes que no han sido políticos electos. No hay más que ver como la ONU o la OMS dictan las leyes que han de ser creadas por las serviles naciones.
Lo próximo será la destrucción de la propiedad privada mediante apropiación, en ello están la UE, la ONU y el Foro Económico Mundial (WEF).
La identidad desaparece
Con la religión, la familia y la nación en el foco del ataque, la identidad se difumina. Una vez, la respuesta a la pregunta «¿Quién soy yo?» hubiera sido “Soy José Pérez, cristiano e hijo de Manuel y Ana, y español de nacimiento. Hoy en día, casi todos estos marcadores de identidad tradicionales son objeto de burla y escarnio. Sin estos marcadores externos de identidad, nos volvemos hacia adentro.
Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo
La pérdida del orden sagrado
Nos falta otra cosa, otro motivo diluyente: La pérdida del orden sagrado. Las distintas culturas han justificado tradicionalmente sus órdenes morales apelando a tradiciones enraizadas en el orden sagrado.
Los códigos morales tienen autoridad porque están basados en algo de fuera o más allá de este mundo inmediato. Dios, por ejemplo, o la ley natural, o el Tao , o el orden creado, o Mahoma o el Oráculo de Delfos. La autoridad y potencia de lo sagrado provenía de algo externo y superior al hombre.
Pero ya hemos dicho que el hombre ya no mira hacia afuera, mira hacia dentro. Hacía sí mismo. Él dicta sus normas mirándose el ombligo y sólo acepta una norma exterior como es la ley que deviene en la única moral coactiva. Y la acepta porque piensa que algún orden debe de haber y su función se la asigna al derecho positivo que dimana de los sistemas parlamentarios, regidos por hombres como él.
El sexo es el sentir interior más potente del hombre actual y fluye en toda su potencia por la pėrdida del orden moral.
Donde más se ha ejemplificado este estándar de hombre autocreado es en lo que respecta al sexo.
El advenimiento de la píldora fue fundamental y demoledor para la historia. Un hombre ya no necesitaba un trabajo para sostener a una familia porque su novia se hubiera quedado embarazada, ni la mujer necesitaba casarse por ello, ni ambos necesitaban vivir una vida sexual monógama, la seguridad que proporcionó el anticonceotivo a largo plazo liberó e hizo explotar sus deseos sexuales.
Con la píldora, todos los riesgos, financieros y sociales, se redujeron drásticamente tanto para el hombre como especialmente para la mujer. Y en caso de que fallara la píldora, estaba la píldora del día después o, en última instancia, el legalizado e incentivado aborto.
El matrimonio y la monogamia fácilmente se han convertido en nociones pintorescas o literalmente despreciados.
Después de la píldora vino la pornografía, pasando del que hoy sería casi puritano Playboy detrás de una cubierta marrón de los años 60 a encontrar y explorar fácilmente el porno más explícito en la web.
Pero lo que hasta aquí son casi jueguecitos de adultos, lo que viene es mucho peor.
Hoy los niños están siendo hipersexualizados en las escuela. Se les enseña a explorar su cuerpo, a masturbarse e, incluso, a explorar otros géneros o comportamientos sexuales otrora depravados. Se les inculca que deben interrogarse como se sienten y que si se sentirán mejor cambiando de sexo pueden hacerlo. Lo Trans está haciendo extragos entre nuestra juventud, estragos que no tendrán vuelta atrás y tendremos una generación de amargados arrepentidos de haberlo hecho. Ciertos políticos que no voy a nombrar dicen que los niños puede tener relaciones sexuales con cualquiera siempre que sean consentidas. Esta siendo formada la próxima generación de hombres idiotizados por el sexo y el género. Los mismos políticos, en España acaban de despenalizar la zoofilia si no hay lesiones al animal.
El consentimiento de la pedofilia y la pederastia están empezando a ocupar el espacio social y pronto serán tan consentidos como lo son ahora las visualizadas elegetebeitadas arcoiris, incluso pedirán ese derecho a la visibilidad que es como el exhibicionismo de antaño adaptado a los tiempos.
Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo

Conclusión
Los argumentos basados en la autoridad de la ley de Dios o en la idea de que los seres humanos están hechos a imagen de Dios ya no tienen ningún peso significativo en un mundo desprovisto de lo sagrado.
En su lugar tenemos argumentos basados en la autoridad del yo interior, creándome a mi propia imagen. Utilizarme a mí mismo como vara de medir… a mí mismo.
¿Por qué se ha desarrollado todo esto de forma tan explosiva en el ámbito del sexo?
Pues porque una vez que se autorizó el espacio psicológico interior para que el hombre se moldeara a sí mismo, tal vez fuera inevitable que el sexo cobrara cada vez más importancia. Los deseos sexuales se encuentran entre los sentimientos internos más poderosos que experimenta la mayoría de los seres humanos. Y si, como acabamos de explicar, uno puede ser lo que desea por su voluntad de poder interior termina siéndolo: Un macroadicto al sexo.
Los anhelos sexuales son los deseos más profundos, los sentimientos más poderosos del ser interior. De ahí que sea la forma más importante y vacua en que uno puede expresar su yo interior. Históricamente, han sido los códigos morales relativos al sexo los que han ocupado el primer plano en la mayoría de las sociedades refrenándolo. Por lo tanto, tales códigos son también los más importantes para hacerlos desaparecer.
(FiN) Hoy el hombre endiosado ya se crea a sí mismo
FiN
FUENTE: Extraño nuevo mundo: cómo los pensadores y activistas redefinieron la identidad y desencadenaron la revolución sexual , por Carl R. Trueman
De la oscuridad de estos tiempos hacia la nueva luz