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El precio del canibalismo interno de partido conduce inexorablamente a la pérdida de votos;que o bien van a la abstención o bien se trasladan a opciones políticas alternativas similares. ( El precio del canibalismo de partido )
Esto es lo que le está pasando a la “pepecracia pepera” cuyo diunvirato gestor -«Castrado/TeoDolo»- profundamente desquiciado y enloquecido por el liderazgo natural de Díaz Ayuso están dedicando más tiempo a las políticas intestinas;que a hacer oposición a los pesoitas y a cimentar su alternativa de gobierno. En el bien entendido, que no se puede hablar de guerra interna sino de acoso unilateral a Ayuso,;cuya respuesta está siendo impecable al no entrar en el combate cuerpo a cuerpo sino que prosigue impertérrita en construir su liderazgo político;a base de dedicarse por entero a la gestión de la cosa pública madrileña, cosa que viene a ser la causa principal de su éxito.
Si a eso sumamos la recaída pepera en su propensión al régimen bipartidista de consenso instaurado el siglo pasado;con sus recientes pactos binarios con el pesoe, nos da la suma total de la pérdida de intención de voto pepeita. Nada hay más democrático que el disenso y nada más antidemocrático que la oligarquía de partidos que nos trajo la sobrevalorada Transición.
Según el último sondeo de Metroscopia el PePé perdería un 5% de intención de voto desde el 30% que alcanzó tras las elecciones autonómicas madrileñas. Esa bajada de intención de voto beneficiaría al partido liderado por Santiago Abascal,;que se dispara desde el 12% anterior hasta un 18%, lo cual le otorgaría 66 escaños en el Congreso de los Diputados.
La caída de este PP internamente autodemonizado complica un posible gobierno por mayoría absoluta PP-Vox que anunciaban las encuestas precedentes. En este momento –sumados el diputado de Navarra Suma y del C’s -que se hunde hasta un escaño-,;sólo podrían alcanzarse los 173 escaños, por debajo de los 175 que se requieren para hacerse con la mayoría absoluta necesaria.
Se puede decir que lo que de más aporta electoralmente al pepé la eficiente e inmaculada gestión de Díaz Ayuso;se lo quita la política caníbal del dueto de marras – «Castrado/Teodolo»-.
El precio del canibalismo de partido
El pesoe baja en la encuesta, a pesar de su control férreo del partido instaurado por el sanchero;en su última remodelación de gobierno y de vivir un apaciguado 40º Congreso. Una calma chicha como nunca antes vista dado que en las últimas décadas las luchas intestinas menguaron su cuota electoral a mínimos históricos,;pero el pesoe se agarró al guerracivilismo y al pactismo con los partidos minoritarios disgregantes y sablistas. Esa rémora antidemocrática que nos dejó nuestra ley electoral que premia injustamente con más escaños los menos votos de los partidos localistas.
Los socialistas se quedan en un 26,5% del voto y 107 diputados,;que no les da para mayoría absoluta alguna aunque se unieran los 28 de los podemitas y los 4 de Más País,;la izquierda socialcomunista obtendría solo 139 escaños, cuando ahora cuenta con 158.
Aun así, el frentismo popular sí obtendría la mayoría necesaria para seguir en el poder con la anuencia pedigüeña de ERC, con 15 diputados,;y con el resto de grupos desmembrantes de nuestra España ahora coaligados al pesoeneo, PNV, Bildu, JxCat y Compromís, que aportarían 23 escaños más. Es decir, la suma total sería de 177 diputados, dos más de los requeridos para obtener mayoría absoluta.
En estas circunstancias, el canibalismo genovense contra Ayuso y su pactismo bipartidista endémico;estaría garantizando la estancia malabarera de Pedro Sánchez en el poder por cuatro años más. Sólo una debacle en forma de ruptura – poco probable- de la teratológica y perversa coalición para los intereses de nuestro país,;podría conducir, a lo sumo, a un vislumbrante – más que posible- desalentador gobierno de concentración PepePesoe en el;que seguiríamos sin librarnos de esa impostura legislativa socialdemocratizante que nos asola estos primeros años del s. XXI.
El precio del canibalismo de partido
FiN
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