
Tenemos aquí una alianza militar, la OTAN, cuyo funcionamiento transciende los principios de soberanía y de igualdad de los Estados miembros –principios establecidos en la Carta de la ONU–; y que se ha extendido durante los últimos 23 años en una flagrante violación de los tratados internacionales. Es un hecho cierto y tremendamente grave pero todos miran para otro lado. (El brutal expansionismo de la OTAN en Europa)
«La ampliación de la OTAN en estas últimas décadas ha sido un gran éxito; y ha abierto además el camino a la ampliación de la Unión Europea». Así lo afirmaba el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en Munich; durante la Conferencia sobre la Seguridad. Para comprender el alcance de sus palabras, es importante detallar los principales elementos que Dan lugar a ese «gran éxito».
La historia comienza en 1999, el mismo año en que la OTAN destruyó Yugoslavia con su intervención bélica. A pesar de que se había comprometido con Rusia, no una sino dos veces, a «no extenderse hacia el este», la OTAN comienza su expansión… hacia el este. En esta ocasión absorbe los 3 primeros países del ya extinto Pacto de Varsovia: Polonia, la República Checa y Hungría.
Cinco años después, en 2004, la OTAN se extiende a otros 7 países: Estonia, Letonia, Lituania (tres repúblicas ex soviéticas); Bulgaria, Rumania, Eslovaquia (tres ex miembros del Pacto de Varsovia); y Eslovenia (antaño parte de una Yugoslavia desmembrada).
En 2009, la OTAN se añade también Albania (que también había sido miembro del Pacto de Varsovia) y Croacia (otra parte de la extinta Yugoslavia). En 2017, se extiende a Montenegro (también de Yugoslavia) y en 2020 abarca también Macedonia del Norte (como no, de Yugoslavia).
Recapitulando, en 20 años la OTAN, partiendo de 16 Estados miembros, se ha ampliado (cuasi duplicado) hasta 30 países.
El brutal expansionismo de la OTAN en Europa
Washington obtiene así un triple beneficio:
1.- Extiende hasta las puertas de Rusia –y dentro del área de la antigua URSS–;la alianza militar que obedece a las órdenes de Estados Unidos. El Comandante Supremo de las fuerzas aliadas en Europa siempre es «por tradición» un general estadounidense; que es nombrado directamente por el presidente de USA, así como nombra los demás puestos de mando principales.
2- Al mismo tiempo, Washington pone los países del este de Europa no tanto al servicio de la OTAN como directamente a su servicio. Desde el momento mismo de su entrada en el bloque militar, los países ponen a la disposición de Estados Unidos sus importantes bases militares y parte de sus fuerzas armadas.
3- Con la ampliación de la OTAN hacia oriente, Estados Unidos ve reforzada su influencia sobre Europa. Entre 2004 y 2007, siete de los diez países del centro y del este de Europa se convierten también en miembros de la UE. O sea, la OTAN se amplía hacia el este y sus nuevos miembros pasan a ser también miembros de la UE. De los 27 países miembros de la Unión Europea, 21 son también miembros de la OTAN, la cual sigue las órdenes de los Estados Unidos de América.
El Consejo del Atlántico Norte, que es el órgano político de la OTAN toma sus decisiones de acuerdo con lo que se decide en Washington. La participación de las principales potencias europeas en tales decisiones es siempre objeto de conciliábulos secretos con Washington en busca de concesiones mutuas pactadas. Esto implica saltarse los parlamentos europeos, al verse privados de auténtico poder de decisión militar y en política exterior.
El brutal expansionismo de la OTAN en Europa
En tal contexto, Europa se ve hoy en una situación todavía más peligrosa que la de la guerra fría. Tres países más –Bosnia-Herzegovina (que fue parte de Yugoslavia), Georgia y Ucrania (otras dos repúblicas ex sovieticas)– son candidatos a entrar en la OTAN. Jens Stoltenberg, perro faldero de USA, declara: «Mantenemos la puerta abierta y, si el objetivo del Kremlin es tener menos OTAN en las fronteras de Rusia, sólo obtendrá más OTAN.» Decir esto e invadir Rusia Ucrania fue un hecho.
En la escalada Estados Unidos-OTAN, claramente destinada a hacer estallar una guerra en medio de Europa, están de por medio las armas nucleares. Pronto Estados Unidos comienza la producción de sus nuevas bombas nucleares B61-12. Ese armamento atómico está previsto desplegarse –bajo las órdenes de Estados Unidos– en Italia y en otros países de la OTAN, probablemente también en el este. Otro motivo más de Rusia para haber entrado en guerra con Ucrania.
Además de esas nuevas bombas atómicas, USA tiene ahora en el este de Europa dos nuevas bases terrestres, en Rumania y en Polonia, y 4 buques de guerra dotados del sistema de misiles Aegis, capaz de lanzar tanto misiles antimisiles como misiles del tipo crucero con carga nuclear. Y también está preparando misiles nucleares de alcance intermedio que serían desplegados en Europa apuntando a Rusia, un enemigo inventado pero que si es atacado puede responder de manera altamente destructiva.
A todo eso se agrega el fuerte impacto económico y social del copioso incremento en gastos militares. En la reunión de los ministros de Defensa de la OTAN, Stoltenberg anunció en tono triunfal que «este año es el séptimo año consecutivo de aumento del gasto de defensa de los aliados europeos, que se elevó en $270.000 millones desde 2014». Se trata siempre de fondos públicos detraídos de los gastos sociales y de las inversiones productivas, es decir, del bolsillo de los ciudadanos europeos.
¿A qué viene tanta ampliación y aparataje militar y nuclear cuando hace años que cayó el muro de Berlín y se disgregó la URSS? Para no estar ya bajo una guerra fría, la OTAN nos lleva a una guerra caliente en Ucrania o, vaya Ud. a saber en qué otros lugares de Europa.
El brutal expansionismo de la OTAN en Europa
FiN
Mis notas sobre la otra historia del conflicto ucraniano