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Covid – ¡Qué vuelvan los Juicios de Residencia!

14/12/2021

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 4 minutos.
Covid - ¡Qué vuelvan los Juicios de Residencia!

Otrora, tiempo ha, los hubo. Añorando estamos esos tiempos de hace más de medio milenio cuando la Corona era la Política Suprema que dirigía y controlaba los desmanes de la Baja Política – la de los gestores de lo público de antaño- por medio de los ‘juicios de residencia‘ que ponía en las manos del pueblo llano el mecanismo de control político – este sí, democrático, no como ahora- en el que por denuncia de un súbdito contra un funcionario, por humilde que fuera el acusador se juzgaba al poder local de turno. ( Covid – ¡Qué vuelvan los Juicios de Residencia! )

Otros tiempos, no como ahora en que la Monarquía Constitucional es cosa meramente testimonial que sostiene,;impávida y sumisa, a una oronda oligarquía, corrupta e impune.

¡Qué bien nos hubiera venido ahora el justo método que limpiaba las fosas sépticas y las alcantarillas del poder caciquil! No como la justicia que yace hoy subyugada al clan del oso partitocrático que se remolonea gustoso con las tres ninfas de la deidificada ‘democracia’;– palabra desgastada donde las haya-: La ejecutiva, la legislativa y la judiciala que juegan al teto –:sí, ese enculado juego del tú te agachas y yo te la meto- con la envaselinada plebe postmoderna.

Esos virreyes, adelantados, gobernadores y electos regidores de los cabildos, amén de demás sujetos de la escala gubernativa; que antaño estaban sometidos a la Real Audiencia y al Consejo de Indias cuyo poder dimanaba del Rey –;este sí, con mayúsculas- han trocado hoy en la infecta clase política – la nacional y la taifada-;que pulula irresponsablemente por saberse todos intocables y de ellos, unos miles, aforados; y en el monarca pelele que les legitima con su firma obligada.

Covid – ¡Qué vuelvan los Juicios de Residencia!

La respuesta gerifáltica a la covid se basó en un totalitarismo compulsivo; impuesto con dolosa tiranía a todos los niveles de gobierno, local, regional, nacional y transnacional. Las políticas a su vez provocaron un contagio populista y mediático, el Somatén Covidiano,;que se convirtió en el brazo civil de aplicación de la ley, descalificando, acosando;y denunciando a los discrepantes o supuestos “infractores” de las autocráticas normas covid. Un infausto deseo de purga contra los no cumplidores y disidentes se desató en la parte de la sociedad que tiene en la sumisión su mejor cualidad.

Políticas Covid que cumplieron a rajatabla los Cuerpos Policiales, ejecutores sin piedad de la norma enhiesta que nos confinaba; persiguiendo por tierra, mar y aire a todo ciudadano sano que, libre de las miasmas sarscovianas, al aire libre, ingenuo, se solazaba. Los drones pululaban por los cielos y los coches de policía por las calles en buscando infractores y fiestas prohibidas; imponer sanciones – luego anuladas- y forzar las entradas – luego ilegalizadas- en los domicilios.

Y después vinieron más Estados de Alarma – uno detrás de otro, la pena de confinamiento alargaban–,;los bloqueos perimetrales, las mascarillas en interiores, las mascarillas en exteriores,;la vacunación experimental de emergencia, los pasaportes covid, la estigmación y las amenazas a los invacunados; y lo peor de todo, las muertes no evitadas y las que fueron vilmente provocadas por tan nefasta política sanitaria. Nos condujeron las omniscientes cabezas huecas a una crisis económica sin precedentes, sumiendo al país en un empobrecimiento;por norma dictado y todo eso para nada que aquí seguimos en esta farsa de olas y reolas, de variantes a granel,;sin que nada se solucione, haciendo eterno el teatro epidémico del absurdo.

Si la respuesta política a la pandemia hubiera sido sólo aconsejar, no estaríamos en medio de este desastre social, económico, cultural y político. Lo que causó la devastación fue la aplicación de una fuerza política desproporcionada;que no tiene precedentes en la historia humana y que se añadió a la propia pandemia acrecentando el daño a catastróficas instancias.

Covid – ¡Qué vuelvan los Juicios de Residencia!

¡Pero no! Todo esto recorrió todo el mundo y esta locura estatista y supranacionalizada no ha logrado nada positivo, no ha parado nada. Y es que, el virus no prestó atención ni a los edictos, ni a sus ejecutores, ni a las insalubres normas de salud. Sin embargo, ese otro virus, el de enclaustrarnos social y economicamente ha destrozado vidas de inimaginables modos y maneras, porque jamás se hizo en la historia de la humandidad semejante “desastre ordenado por unos pocos”, y se sigue haciendo aun hoy en día, y lo que te rondaré, morena, que esto no ha acabado.

Si en junio de 2020, que fue cuando la epidemia pasó, hubieran parado “Sus Lerdorías” de hacer sus totalitarias gansadas covidianas, todo habría quedado en tres meses de sufrir y, retirándose los caciques a sus acomodados sillones, hubiéramos vuelto al esplendor de la vida – no a esta normalidad impostada con la que hoy nos regalan-. Y apurando más en el pensar, es que si estos zánganos de la colmena no hubieran hecho nada, nada de nada; si sólo en aconsejar y no en imponer hubieran gastado su hueca sesera, todo habría sido más liviano y llevadero, y ahora ya no nos acordaríamos de aquello. Más ahora el covidianil tinglado se nos ha impuesto de por vida, nos ha hecho reos eternos de esta vil cuadrilla.

Pero la compulsión o, más bien, el histerismo mesiánico de estos iluminados ha sido la fuente de todos los problemas que nos han acontecido y han superado dramáticamente con creces al problema inicial. Alguien escribió los edictos y las normas a instancias de alguien. Alguien impuso las órdenes. Esos “alguienes” son conocedores de sus nefastos resultados, son los que deben compensar a las víctimas que han ocasionado, deben ser juzgados y pedir perdón por las consecuencias de todo lo que han hecho.

¿Quiénes son los responsables de esta devastación? Y refiérome sólo a España. ¿Quiénes son? ¿Dónde están? ¿Por qué no han dado la cara? ¿Por qué no han reconocido sus trágicos errores? ¡Vengan aquí, muéstrense ante el pueblo que les ha votado! Ha llegado la hora de asumir sus responsabilidades y pagar por ellas. ¿Dónde está la Justicia? ¡Agazapada!

Cuanto daría yo porque dispusiéramos de los “juicios de residencia” de antaño. ¡Qué bien nos vendrían ahora! Un tribunal de tribunales para miles de juicios de residencia: “Un Núremberg-Covid español”. Pues estos miles de seres infectos van a salir de rositas de todos sus crímenes de lesa humanidad.

Covid – ¡Qué vuelvan los Juicios de Residencia!

FiN

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