
Si hay algo que me ha decepcionado sobremanera en todo el asunto Covid es la clase médica. Después de ver caer a la clase política, a la periodística, a la científica (estos dos últimos muy bien untados a subvenciones);ha caido con estrépito callado y melindroso la otrora inmaculada clase médica. ( Covid | Clase médica: Cooperadores necesarios por inacción )
Esos médicos que están fracasando con la covid, que saben que la consulta telefónica no es una exploración médica adecuada ni un método de diagnóstico fiable, que están aceptando todas las intromisiones de los burócratas políticos en su trabajo, que están viendo los efectos secundarios de las vacunas pero se los niegan a sí mismos,…
¿Por qué no escuchamos hablar a los profesionales de la salud sobre la covid? ¿Por qué mantienen ese silencio cómplice? Sólo hablan los “expertos autorizados” pero poquísimos médicos han expresado abiertamente sus dudas y sus ideas como médicos que son. No hablaré ni siquiera de la pérdida de la vocación médica pues esta hace tiempo que mora en el limbo de los justos. Después de dedicar un tiempo a pensar sobre ello he hecho una lista, que en nada les favorece, sobre los motivos de su disciplente inacción:
Covid | Clase médica: Cooperadores necesarios por inacción
- Miedo a perder el trabajo. Nadie quiere perder su trabajo y el que habla es despedido. Están viendo a niños con taquicardia, a jóvenes que se mueren de infarto y, simplemente, mantienen la boca cerrada. Saben que algo no va bien, pero su trabajo es más importante que la salud. Si esto es así han dejado de ser auténticos médicos para convertirse en obedientes funcionarios. El sistema médico, a pesar de las afirmaciones de autonomía de los médicos, en realidad ofrece muy poco,;se necesita muy poco para eliminar a un médico díscolo del sistema. La Seguridad Social, los Colegios de Médicos, las Consejerías de Salud, la compañías aseguradoras, las empresas farmacéuticas todos;son entes de poder que se aseguran muy mucho de que ningún médico se salga del orden establecido;bajo la amenaza real de arruinar su carrera. Lo cierto es que en el sistema médico prevalece el pensamiento grupal y la aceptación sin replicar de las consignas que vienen de arriba. Salvar vidas deja de ser su obligación ante la necesidad de salvar su empleo. La dignidad es un cualidad que se perdió en el cuerpo médico como antes en las otras clases que he mentado al principio.
- Confían en la información de arriba abajo que proviene de entes como la Seguridad Social, los Colegios de Médicos,;las Consejerías de Salud, la compañías aseguradoras, las empresas farmacéuticas… Y aquí viene la crítica más seria que les hago: ¿Por qué han dejado de confiar en su propio criterio médico? Porque si están actuando así son lacayos de sus jefes, no médicos independientes y objetivos. Pero se acogen a la creencia cómoda de que si hubiera un problema los entes superiores y los “expertos” les informarían. Es fácil autoconvencerse de que informar a la gente no es su trabajo pero esto marca un antes y un después,;ya que es una renuncia al código deontológico pues deben esa información a sus pacientes, se deben a sus pacientes no a sus jefes. Es muy fácil seguir las consignas de arriba porque eso no origina problemas de índole moral,;si algo está errado la culpa es del de arriba no mía, se dicen. Mi trabajo es seguir la dirección marcada por los expertos y punto; se repiten una y otra vez como monillos que imitan lo que viene de arriba.
- Se instalan en la creencia de que la COVID es incluso peor que las lesiones causadas por la vacuna. Muchas personas se engañan con informes erróneos de que los casos de Covid están ocurriendo;con mucha menos frecuencia ahora que se han implementado las vacunas aunque la realidad se empeñe en demostrar;lo contrario como está siendo el aumento de casos en Europa después de vacunar a gran parte de la población. También la realidad está mostrando la pérdida de eficacia de las vacunas ante las variantes del SarS-CoV-II. Los cardiólogos pediátricos saben lo que está pasando, saben que los niños jamás han padecido de insuficiencias cardíacas; pero no van a decir nada debido al punto anterior de esta lista: Temen perder sus trabajos. Se niegan literalmente, como avestruces ocultando la cabeza en el suelo,;a reconocer que cada vida salvada del Covid requiere cinco vidas perdidas por los efectos de la vacuna.
- Se regodean en el argumento de que los efectos secundarios de las vacunas son realmente muy raros. Achacan a la casualidad las muertes que se ocasionan en los momentos o en pocos días posteriores al pinchazo. Vale que es posible que estadísticamente no hayan sido informados o que la información VAERS –;como parece suceder- sea incompleta o parcial y no contemple todos los casos reales pero hay algo que se llama sentido común médico;y este ha desaparecido de sus mentes porque prefieren vivir tranquilos mirando a otro lado.
- Disonancia cognitiva / confianza en las figuras de autoridad. Están tan convencidos de que las vacunas son seguras (ya que nadie más aparte de los voceros oficiales habla;y nadie con autoridad lo hace en sentido contrario – ciertamente lo hacen pero son silenciados por el sistema),;así cualquier evento adverso que ocurra debe deberse a una casualidad o otra causa: Bucle de retroalimentación positiva.
Covid | Clase médica: Cooperadores necesarios por inacción
- Otros piensan que se pueden tratar los efectos secundarios de la vacuna, pero que no pueden tratar a los que tienen COVID y eligen, erróneamente;(recuerden: Para salvar 1 tienen que morir 5), el menor de los dos males. Y, por supuesto, piensan – sin cuestionarse tal argumento pues se remiten a lo que les viene en las circulares de arriba- que ningún tratamiento temprano o preventivo funciona, por lo que creen que le están haciendo un favor al decirle que se vacune. Tengo conocidos que no habiéndose vacunado, haciendo uso de un derecho legalmente reconocido- y habiendo contraído la Covid han tenido que soportar auténticos rapapolvos del iracundo médico de turno por ello – decir que todos ellos se han recuperado bien-.
- He de decir que ya ha habido algunos médicos que han reconocido que en un principio no tenían ni idea de como tratar la covid y que los protocolos instaurados mataban más que sanar a los pacientes pero la clase médica, en general, en ningún momento ha hecho labor de autocrítica y se ha instalado en la defensa corporativista a ultranza.
- Se ha despedido a médicos críticos. Los hospitales y las instalaciones médicas ya han despedido a los empleados que dudaban de las vacunas o que defendían su no obligatoriedad o , sencillamente, que no querían vacunarse (esto está sucediendo más en USA donde el mandato vacunal de Biden es muy estricto), por lo que se está haciendo una selección entre los médicos, sólo se quedan los creyentes de las vacunas, los aborregados del sistema o los que pasan por el aro. Las cuentas de redes sociales de médicos discrepantes han sido suspendidas o bloqueadas para siempre, conozco muchos casos porque seguía a muchos de ellos. jNingún médico de los que se quedan – con su trabajo bien remunerado intacto- ni ente médico ha protestado por estas prácticas lesivas para sus compañeros de profesión.
- lNingún médico ni corporación médica ha protestado el mandato que fuerza a vacunarse como contrario a las leyes de Nuremberg y otras. Ningún médico ni organismo médico ha protestado por la insuficiente o ausente información médica sobre los efectos secundarios a corto plazo – los efectos a largo plazo no se conocen debido a la autorización de emergencia que no ha completado el protocolo de aprobación de las vacunas- para poder ejercer el obligatorio consentimiento informado. Me consta que, en según qué países, ni siquiera se ha presentado al paciente ni este ha firmado el consentimiento informado – incluso ni el defectuoso en forma de otros países-.
- ¿Por qué ningún médico ha recetado la vacuna, por escrito a ningún paciente? Pues porque este ha de consentir en ponérsela, sensu contrario el médico podría ser denunciado.
Covid | Clase médica: Cooperadores necesarios por inacción
- ¿Por qué ningún médido de cabecera de los CAP´s ha prescrito medicación preventiva o mitigante a los grupos de más riesgo siendo así que tienen conocimiento de ellos? Pues porque no se quieren salir del mandato oficial de las vacunas.
- Piensan que los efectos secundarios muestran que la vacuna está «funcionando» ya que si no los hubiera es que la vacuna no actúa. Esto es más una cuestión de paciencia. Es la forma en que los pacientes ven sus eventos adversos … como algo positivo. Realmente un médico no debería inventarse estos argumentos acientíficos o llegar a creerse estas cosas pero para la tranquilidad de espíritu el autoengaño es un soma excelente.
- En el caso de investigadores médicos el miedo a ser condenado al ostracismo en la comunidad científica o a la pérdida de la subvención que les permite desarrollar su trabajo de investigación. Las personas que investigan temen que si hablan, se les etiquete como anti-vacunas y, por lo tanto, su investigación quedaría desacreditada.
- “Se les paga para que miren hacia otro lado”. Los gobiernos han otorgado “subvenciones” (“compra de voluntades” o sobornos) a hospitales y médicos para promover las vacunas. Si se pronunciaran en contra de ellas ahora, el gobierno exigiría que se devuelvan las subvenciones. Otros perderían la financiación de su investigación si publicaran sus resultados contrarios al la “verdad oficial”. Vea el siguiente tuit:
Covid | Clase médica: Cooperadores necesarios por inacción
- Los gobiernos no subvencionan las investigaciones distintas al uso de vacunas, las que buscan medicamentos preventivos o tratamientos covid innovadores. Es más, todos sabemos como tratamientos como la vitamina D3, la Ivermectina o la Hidroxicloroquina han sido salvajemente denostados a pesar de contar con estudios sobre su éxito y fiabilidad. Y todo ellos porque la prioridad es vacunar a todos con una vacuna experimental aprobada por la via de urgencia, insuficientemente testada por tanto, para hacer frente a una enfermedad con una tasa de letalidad (IFR) del 0,23% para la población general (Reconocida por la propia OMS). ¡Es algo inaudito en la historia de la medicina!
Comprenderán, después de todo esto, que mi fe en la clase médica haya caído en picado, tanto que ahora me pienso y mucho si ir al médico o si tratar de pasar yo solo la enfermedad que sea en casa. Y esto si no es cosa grave porque si no me veo en el hospital siendo tratado por estos “galenos funcionarios”.
En un próximo artículo hablaré de la destrucción que las políticas covid han ocasionado en los CAP´s (Centros de Atención Primaria), y en la antaño querida y venerada institución del médico de cabecera. Es lamentable el estado de inacción y cuasi cuartelario en que las políticas covid han dejado la atención primaria en España.
(FiN) Covid | Clase médica: Cooperadores necesarios por inacción
FiN
Australia – Campos de Concentración Covid