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Se suponía que el Acuerdo Verde de Europa revolucionaría la energía y la agricultura. Ahora, el continente no puede permitírselo. (UE: Frenazo a las políticas verdes)
La guerra en Ucrania ha sacudido toda la política europea incluía la medioambiental. En cuestión de días, se canceló el acuerdo del gasoducto Nord Stream 2 de Alemania con Rusia; y el principio diplomático de no enviar armas a las zonas de guerra se fue al garete. Lo mismo ocurrirá con el Pacto Verde Europeo, la nave estelar de las ambiciones medioambientales europeas.
El Pacto Verde engloba todas las medidas regulatorias previstas por la UE para minorar las emisiones de dióxido de carbono. Ha sido liderada por Francia y Alemania; esta última ya había comenzado su transición energética ( Energiewende ) en 2011.
Una vez que Alemania tomó la decisión radical de Berlín de eliminar gradualmente la energía nuclear y volcarse en las energías solar y eólica; se ha encontrado con los precios de la electricidad más altos del mundo desarrollado; una asfixia energética de sus empresas; una competitividad disminuida y una mayor emisiones de dióxido de carbono.
Esto no ha sido más que el resultado de una mayor dependencia del carbón y el gas natural;de Rusia debido a sus cegatas políticas ambientalistas. Ahora que Moscú ha sumido a la diplomacia europea en el caos, con la mano sobre la palanca de la guerra; y el grifo del gas. Alemania se esfuerza ahora por encontrar alternativas viables.
UE: Frenazo a las políticas verdes
El ministro de economía de Alemania, Robert Habeck, por cierto, del Partido Verde, no descartó un retraso en la eliminación de la energía del carbón; y la postergación del cierre de las tres plantas de energía nuclear que quedan en Alemania.
Frans Timmermans, comisario de la UE a cargo del Green Deal, también ha aceptado que el carbón seguirá siendo;una fuente de energía durante mucho más tiempo del previsto inicialmente por Bruselas. En Europa ya se ha dejado de hablar de molinos de viento o paneles solares,;sino que los países intentan importar más GNL (gas natural licuado) de Canadá y Estados Unidos; maximizar el capacidad posible del gasoducto de Azerbaiyán; o (en el caso del Reino Unido) llegar a plantearse poner fin a las prohibiciones del fracking.
En un risible cambio de parecer, en la Europa ‘verdocrática’ ahora se plantean declarar ‘verdes’ las centrales nucleares y las de gas natural.
Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores italiano, Luigi Di Maio,;viajó a Argelia y Qatar para ayudar a aumentar las importaciones de gas natural alternativo. Y el primer ministro italiano, Mario Draghi, dijo recientementee que lamentaba las decisiones en política energética;que se tomaron en el pasado, ya que Italia es uno de los países que más depende de las importaciones de gas ruso.
Argelia, que actualmente abastece sólo el 11% de las necesidades de gas de Europa (una tercera parte de las mismas va a Italia),;ha dicho que está lista para aumentar la producción en un 30% a corto plazo. Túnez y Libia en el norte de África también son socios estratégicos para que Europa aumente las importaciones de gas natural;al igual que Nigeria, Egipto, Mozambique, Tanzania y Ghana para los envíos de GNL.
UE: Frenazo a las políticas verdes
Las terminales de GNL en Europa funcionaban al 45% de su capacidad el año pasado; con la mayor parte de la infraestructura en Europa ubicada en España que, como siempre no ha sido capaz de aprovechar esta oportunidad.
Europa necesitaría una inversión significativa, que llevará su tiempo, incluso para poder conseguir acercarse a lo que necesita para sustituir el gas natural ruso.
Europa también se enfrenta a problemas de envergadura en la agricultura. La estrategia «De la granja a la mesa» de la Comisión Europea busca reducir los pesticidas en un 50%; dedicar el 25% del uso de la tierra agrícola a la agricultura orgánica (producidos sin productos químicos y procesados sin aditivos); y reducir los fertilizantes en un 20%. Los representantes agrícolas han criticado duramente estos planes, ya que restringirían el suministro de alimentos y aumentarían la dependencia de las importaciones.
Toda esta estrategia con las sanciones a Rusia interrumpiendo severamente el comercio internacional de alimentos,;ha dado un vuelco a los planes de reducir la producción agrícola. Es poco probable que apostar por los alimentos orgánicos, que son escasamente productivos, garanticee la seguridad alimentaria europea. El Partido Popular Europeo de centro-derecha, ya ha pedido en el Parlamento europeo una moratoria en las políticas de agricultura verde.
Las ambiciones ecologístas de Europa se han enfrentado a las duras realidades de la geopolítica y a las viabilidades imposibles de sus ideologías ‘ecololocas’.
El modelo europeo de política agrícola y de descarbonización a a fracasar por la falta de visión, de anticipación; y por la ilusa pretensión ‘verdocrática’ de sus burrócratas.
UE: Frenazo a las políticas verdes
FiN
Lo que no cuentan los medios de la guerra de Ucrania
