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OTAN USA y la UE alimentaron la crisis ucraniana

27/02/2022

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.

Si está cansado de escritores mentirosos, melifluos o políticamente correctos. Si prefiere la prosa y la poesía con alma, sentimiento y vehemencia, la verdad transparente sin eufemismos ni tergiversaciones, entonces yo soy su pluma. 

Tiempo de lectura 11 minutos.
OTAN, USA y la UE: Los culpables de la crisis ucraniana

Cuando Vladimir Putin, de Rusia, pidió a Estados Unidos que desechara a Ucrania como futuro miembro de la OTAN,;Estados Unidos respondió: La OTAN tiene una política de “puertas abiertas”. Cualquier país, incluido Ucrania, puede solicitar la admisión y ser aceptado. No vamos a cambiar eso. (OTAN USA y la UE alimentaron la crisis ucraniana)

En ese momento USA echó al vaso la última gota que lo desbordó después de más de veinte años de expansionismo de la OTAN hacia las fronteras rusas; que era visto por el oso ruso como una creciente amenaza militar sobre sus fronteras: La suerte de Ucrania estaba echada.

Al no obtener una respuesta satisfactoria a su demanda, Putin invadió y zanjó la cuestión. Ni Ucrania ni Georgia se convertirán en miembros de la OTAN. Para evitarlo, Rusia irá a la guerra, como hizo hace dos días.

OTAN USA y la UE alimentaron la crisis ucraniana

OTAN, USA y la UE: Los culpables de la crisis ucraniana

Cuando Putin advierte que hará algo, lo hace.

Putin dijo entonces: «No escucharon lo que les dijimos. Más vale que escuchen esta vez».

En su discurso de 25 de febrero Putín ya fue más claro aún. Aquí están resumidas las palabras del discurso de Putin:

Considero necesario hoy hablar nuevamente sobre los trágicos eventos en Donbass y los aspectos clave para garantizar la seguridad de Rusia. Comenzaré con lo que dije en mi discurso del 21 de febrero de 2022. Hablé sobre nuestras mayores preocupaciones y preocupaciones; sobre las amenazas fundamentales que los políticos occidentales irresponsables crearon para Rusia de manera constante, grosera y sin ceremonias año tras año. Me refiero a la expansión hacia el este de la OTAN, que acerca cada vez más su infraestructura militar a la frontera rusa.
Es un hecho que durante los últimos 30 años hemos estado tratando pacientemente de llegar a un acuerdo con los principales países de la OTAN;sobre los principios de seguridad igualitaria e indivisible en Europa. En respuesta a nuestras propuestas, invariablemente enfrentamos engaños cínicos y mentiras o intentos de presión y chantaje,;mientras que la alianza del Atlántico Norte continuó expandiéndose a pesar de nuestras protestas y preocupaciones. Su maquinaria militar se mueve y, como dije, se acerca a nuestra misma frontera. […]
¿Por qué está pasando esto? ¿De dónde les venía esa manera insolente de hablar desde lo alto de su excepcionalidad, infalibilidad y permisividad total? ¿Cuál es la explicación de esta actitud despreciativa y desdeñosa de nuestros intereses y demandas absolutamente legítimas? […]
“Ahora me gustaría decir algo muy importante para aquellos que pueden verse tentados a interferir en estos desarrollos desde el exterior. No importa quién intente interponerse en nuestro camino o, más aún, crear amenazas para nuestro país y nuestro pueblo, deben saber que Rusia responderá de inmediato y las consecuencias serán tales como nunca las han visto en toda su historia. No importa cómo se desarrollen los eventos, estamos listos. Se han tomado todas las decisiones necesarias al respecto. Espero que mis palabras sean escuchadas”.[…]

Putin ha hecho exactamente lo que había advertido que haría. Cuando Putin advierte que hará algo, lo hace. Putin sólo hace lo que la debilidad de la UE y de Biden le permiten. Putin se siente legitimado porque durante años la OTAN ha ido ampliando;el número de países del antiguo cinturón de acero y ha situado misiles cada vez más cerca de su frontera. Y mientras Rusia ha mantenido una actitud dialogante y paciente. El intento de la OTAN de añadir a Ucrania y Georgia ha sido la gota que ha colmado la paciencia del oso ruso.

A las pocas horas de esta guerra entre Rusia y Ucrania, hay que responder una pregunta: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

OTAN USA y la UE alimentaron la crisis ucraniana

Cronografía de la crisis ucraniana

¿Cómo hemos llegado al punto en el que Rusia – creyendo que está entre la espada y la pared y que Estados Unidos,;acercando cada vez más la OTAN a su frontera -ha llegado a elegir la guerra con Ucrania;en lugar de aceptar el destino y el futuro que cree que Occidente tiene reservado para la Madre Rusia?

OTAN USA y la UE alimentaron la crisis ucraniana
El rompecabezas ucraniano

Veamos con detalle y cronográficamente como se ha ido gestando la crisis ucraniana, una crisis que se ha ido gestando durante dos decenios:

  • En primer lugar, no hay que olvidar que Kiev fue capital de la República Socialista Soviética durante; 57 años hasta la independencia de Ucrania en 1991. En el corazón ruso hay un trozo que fue suyo y capitalino. Gran parte del territorio de Ucrania era denominado «La pequeña rusia»  hasta principios del siglo XX.
  • Fue en 1990 cuando el último presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov,;recibió garantías verbales por parte de Washington de que la OTAN no se expandiría hacia el este si Moscú aceptaba la reunificación de Alemania. Nada se firmó, y, como es sabido, en los siguientes 14 años todos los países del extinto pacto de Varsovia y tres;que habían pertenecido a la URSS se integraron en la Alianza Atlántica.
  • Putin, antiguo coronel del KGB, llegó al poder en 1999 tras la desastrosa década de gobierno de Boris Yeltsin,;que llevó a Rusia a la ruina y se propuso levantar de nuevo al coloso.
  • En ese año, 1999, Putin vio cómo Estados Unidos llevaba a cabo una campaña de bombardeos de 78 días sobre Serbia, la nación balcánica que había sido históricamente un protectorado de la Madre Rusia.
  • Ese año, además, tres naciones del antiguo Pacto de Varsovia, la República Checa, Hungría y Polonia, se incorporaron a la OTAN.
  • ¿Contra quiénes iban a estar protegidos estos países por las armas de Estados Unidos;y la alianza de la OTAN, se preguntó con toda justicia el oso ruso? La pregunta pareció quedar plenamente respondida en 2004,; cuando Eslovenia, Eslovaquia, Lituania, Letonia, Estonia, Rumanía y Bulgaria;fueron admitidos en la OTAN, una agrupación que incluía tres antiguas repúblicas de la propia URSS; así como otras tres naciones del antiguo Pacto de Varsovia.
  • En la declaración de Bucarest de 2008, la OTAN había puesto a Ucrania y a Georgia en la senda de la adhesión a la OTAN;y de la cobertura en virtud del artículo 5 del tratado, que declara que un ataque a cualquier miembro es un ataque a todos;– la presión militar sobre Rusia llegaba cada vez más al este del Cáucaso a las puertas de su casa-.
  • Ese mismo año 2008, Georgia atacó su provincia secesionada de Osetia del Sur, donde las tropas rusas actuaban como fuerzas de paz,;matando algunos soldados rusos. Esto desencadenó un contraataque de Putin a través del túnel de Roki,;en Osetia del Norte, que liberó a Osetia del Sur y se adentró en Georgia hasta Gori, el lugar de nacimiento de Stalin. George W. Bush, que había prometido «acabar con la tiranía en nuestro mundo», no hizo nada, como Biden ahora tampoco hará nada. Tras ocupar brevemente parte de Georgia, los rusos se marcharon pero se quedaron como protectores de los surosetios.
    El establishment estadounidense declaró que se trataba de una guerra de agresión rusa,;pero una investigación de la UE culpó al presidente georgiano Mikheil Saakashvili de iniciar la guerra.
  • En 2010, Viktor Yanukovich, conocido por su afinidad con Rusia, fue elegido democráticamente presidente de Ucrania, en unas elecciones democráticas. Las relaciones con Rusia eran, en ese momento muy buenas.
  • A finales de 2013, Yanukovich suspendió la firma del acuerdo de Asociación con la Unión Europea, que se venía negociando desde el año anterior.
  • En 2014, el presidente prorruso de Ucrania, Víktor Yanukovich, fue derrocado en Kiev y sustituido por un régimen prooccidental. Todo se produjo a consecuencia de la llamada revolución de Maidán, que le desalojó del poder mediante un golpe de estado,;puesto que fue destituido sin la mayoría en la Rada Suprema que exigía la Constitución vigente. La revolución de Maidan que acabó con un golpe de Estado fue alentada por la UE y USA, y, todo hay que decirlo, financiada por George Soros a través de una fundación suya en Ucrania:

El magnate Soros admite su implicación en el golpe de Estado en Ucrania

Aquí, si quieren saber algo más sobre las actividades de George Soros conspirando en Ucrania, escuchen a César Vidal a partir del minuto 3:05 en este audio:

  • 2014: Las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk
    Una parte de la población prorrusa o rusófona, mayoritaria al este del rio Dnieper, se negó a aceptar al nuevo gobierno ilegítimo y se sublevó. Estos reberdes prorusos contaron con el apoyo más o menos encubierto de Rusia, con armas, suministros y “voluntarios militares”; fracasó en algunas provincias, pero triunfó en una parte de la región del Donbass,;donde los secesionistas proclamaron las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk, dando lugar a un conflicto civil que aún continúa, Rusia no inició el conflicto, pero la parte verdadera es que sin el apoyo ruso los rebeldes probablemente no habrían resistido;y Ucrania sería hoy igual que era, al menos en el aspecto territorial, aunque hubiera habido más víctimas entre los prorrusos.
  • La República Autónoma de Crimea se unió a la Federación Rusa
    En 2014, cuando Yanukóvich huyó del país y fue destituido, gran parte de la población de Crimea se rebeló, como en otras zonas de Ucrania. Militares con uniformes sin identificación, procedentes probablemente de las bases rusas en la península,;se unieron a la población y se apoderaron de importantes centros de poder y comunicaciones. En marzo, el Parlamento de Crimea proclamó la independencia, y pocos días después,;tras la celebración de un referéndum que dio una amplia mayoría a la unión con Rusia, la República de Crimea y la ciudad de Sebastopol;se integraron en la Federación Rusa. Se ha puesto en cuestión la fiabilidad del referéndum, que no contó con observadores internacionales; pero lo cierto es que en ese momento casi el 60% de la población de Crimea era rusa,;mientras que los ucranianos no llegaban al 25%.

Crimea fue rusa desde 1783, cuando Catalina la Grande se la arrebató a los turcos; hasta que en 1954 fue transferida de Rusia a Ucrania por el Soviet Supremo de la Unión Soviética, junto con Sebastopol, para celebrar el 300 aniversario de la primera unión de Rusia y Ucrania (en realidad un pequeño principado cosaco en aquel momento), y por las dificultades de suministro que suponía la falta de continuidad geográfica de la península con el resto de Rusia. En el contexto de la Unión Soviética, que se dirigía desde Moscú, no pasaba de ser un cambio administrativo, y por supuesto nadie preguntó a los habitantes de Crimea si querían ese cambio o no.
Poco después de disolverse la URSS, en 1992, el Soviet Supremo ruso anuló la transferencia de Crimea a Ucrania. En mayo de ese año, el Consejo Supremo de Crimea aprobó la independencia y una Constitución que fue anulada poco después por el parlamento ucraniano. En 1994, se eligió un presidente prorruso y el parlamento de Crimea restauró la Constitución de 1992, que volvió a ser anulada por el Tribunal Supremo de Ucrania.

OTAN USA y la UE alimentaron la crisis ucraniana

  • Lo cierto es que ahora hay despliegues permanentes del sistema antimisiles de EEUU en Rumania y Polonia, y fuerzas militares en otros países, incluidos fronterizos con Rusia. Cuando en 2018 la Alianza Atlántica aprobó en la cumbre de Bucarest la futura integración de Ucrania y Georgia, aunque sin fecha, que fue ratificada en la cumbre de Bruselas en 2021, Moscú creyó llegado el momento de oponerse frontalmente, puesto que en ambos países hay minorías rusas o rusófonas muy importantes, que actualmente están bajo la protección de Rusia y lógicamente se verían afectadas. En el caso de Ucrania, además existen lazos políticos y culturales que datan de muchos siglos, aunque no sean precisamente apreciados por buena parte de los ucranianos, y –sobre todo– hay entre ambos países una frontera de 2.000 kilómetros que sería difícilmente defendible. 

Lo que nos lleva a la actualidad:

Cuatro años después de que la OTAN aprobara la futura integración de Ucrania y Georgia y un año después de que Bruselas lo ratificara, y tras una pandemia covid de por medio que paralizó la crisis ucraniana que se venía a pasos agigantados, Rusia ha agotado su paciencia, ha reconocido a las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk para, acto seguido, invadir Ucrania este febrero de 2022,

Independientemente de lo que pensemos de Putin, no es Stalin. No ha asesinado a millones de personas ni ha creado un archipiélago gulag. Tampoco es «irracional» o un sociópata, como dicen algunos expertos y los medios occidentales. No quiere una guerra con nosotros, que sería peor que la ruina para ambos. Putin es un nacionalista ruso, un patriota, un tradicionalista y un realista frío y despiadado que busca preservar a Rusia como la gran y respetada potencia que una vez fue y que cree que puede volver a ser.

Pero no puede serlo si la expansión de la OTAN no se detiene o si su estado hermano de Ucrania y la antigua capital rusa, Kiev, pasa a formar parte de una alianza militar que amenaza su frontera, El orgullo de la OTAN no es precisamente haber ganado la Guerra Fría porque la victoria le fue dada por el derrumbe soviético y, en su devenir, ha terminado convirtiéndose en un nido de burócratas civiles y militares que juegan con fuego.

Y ahora tenemos a Biden repitiendo una y otra vez: «No vamos a ir a la guerra en Ucrania»; cagándose en los pantalones como lo hace la OTAN y la UE despues de años de juguetear a estrategas de pacotilla hasta llegar bien cerca de la gran casa del oso ruso, pensando que se la estaban jugando y que claudicaría sin revolverse. Y, ahora que lo han despertado de la hibernación en la que lo dejó Gorvachov y escuchan su potente rugido, tiemblan como nenazas, no intervienen militarmente – a Dios gracias, y que nos libre de una tercera Guerra Mundial-, postergan las sanciones que dicen le van a imponer y con una “cruel dureza rallana en la crueldad” – no puedo evitar el sarcasmo- lo expulsan de Eurovisión, le quitan la final de la Champions League, suspenden a Putin como presidente honorario de la Federación Internacional de Judo (IJF) y demás lindezas de quítame allá esas pajas. ¡Mayor ridículo imposible!

Nada de esto hubiera pasado si, al menos, hubieran complacido a Putin dejando tranquilas a Ucrania y Georgia.

En cuanto a la UE, ¿Cómo pueden los gobiernos europeos ser tan estúpidos que no se les ocurra preguntarse qué pasa si Rusia responde a las sanciones cortando el suministro de gas?  ¿Cuál es el destino de Alemania si Rusia responde a las sanciones con sanciones?  Birnbaum, presidente de E.ON, uno de los mayores operadores de redes energéticas de Europa, ha dicho que si Rusia corta el flujo de gas a Alemania, la industria de este país se quedaría sin red eléctrica.

  • La última noticia que me ha llegado es que Vladimir Putin ha mantenido contactos recientes con Donald J. Trump mientras los soldados, aviones y buques de guerra rusos siguen bombardeando el este de Ucrania, apuntando no a los civiles sino a los laboratorios de armas biológicas patrocinados por Occidente que zigzaguean por la zona fronteriza con Rusia, dijo una fuente a Real Raw News.
OTAN USA y la UE alimentaron la crisis ucraniana

Y, al respecto de lo anterior: La embajada USA en Ucrania ha borrado toda la información de los 11 biolaboratorios en el país.

En la siguiente imagen pueden ver como se solapan las zonas atacadas por los rusos y las zonas con laboratorios biológicos:

Estos laboratorios de armas biológicas existen en 25 países de todo el mundo y están controlados por una agencia federal de los EE.UU. llamada DEFENSE THREAT REDUCTION AGENCY (DTRA)

OTAN USA y la UE alimentaron la crisis ucraniana

(FiN) OTAN USA y la UE alimentaron la crisis ucraniana

FiN

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