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Necesitamos muchos San Jorges
Hoy (23 de abril) es uno de esos días en que celebramos héroes ejemplificantes antiguos, ahora que casi no hay nuevos, para ser como ellos. San Jorge derrotó al dragón y salvó a la doncella que, según muchos autores, se interpreta como una alegoría de la victoria sobre el paganismo. (Necesitamos muchos San Jorges)
Combate valerosamente por la fe, conquista la vida eterna para la cual fuiste llamado.
1 Timoteo 6, 12
El temible guerrero de hoy, con la ayuda de Dios, deberá encontrar el camino de la victoria haciendo uso de algunas de las indestructibles virtudes de San Jorge: valentía, compasión y perseverancia.
Para ello hay que saber qué o quién es el mal: El nihilismo. El peculiar dragón sibilante de nuestra era que está destrozando la conciencia del bien y el mal del humano moderno. Benedicto XVI ya preconizó que el gran problema era el nihilismo y advirtió del auge del cristiano pagano moderno.
Ratzinger había aprendido de la era nazi: la institución por sí sola no sirve de nada si no están también las personas que la sostienen. La tarea no era conectar con el mundo, sino revitalizar la Fe desde dentro. En su ensayo, el entonces joven de 31 años señaló: “La apariencia de la Iglesia de los tiempos modernos está determinada esencialmente por el hecho de que de una manera completamente nueva se ha convertido y se sigue convirtiendo cada vez más en la Iglesia de los paganos…, de paganos que todavía se llaman cristianos, pero que en verdad se han vuelto paganos”.
“Los nuevos paganos y la Iglesia”. Ratzinger 1958
Y para combatir a este pérfido y demoníaco endriago la ‘perseverancia’ es el arma final que lo derrotará, con la ayuda de Dios. Pero, lograrlo requerirá de muchos ‘valientes’ que, ‘compadeciéndose’ del pueblo asediado por la satánica fiera, quieran ser como San Jorge.
La doncella es la conciencia humana a salvar, la del hombre creado a imagen y semejanza de Dios. Es la principal conquista a la que hemos de aspirar y a la que, como hijos de Dios, estamos llamados: La reconversión del moderno cristiano paganizado.
San Jorge sufrió el degüello por su perseverancia impertérrita en la fe, los adalides modernos no sufrirán tanto, sólo la cancelación y el oprobio. Poca cosa en comparación con lo que tuvo que sufrir el santo guerrero de la fe. Así pues, seamos perseverantes en la fe y en saber transmitirla a los paganos modernos de forma tan ejemplarizante como el fiel San Jorge, con la ayuda de Dios.
Diocleciano le había conferido el cargo de tribuno en recompensa de su valor, pero se lo quitó para castigar su fidelidad a Dios. Fue desgarrado con una rueda erizada de espadas, se le hizo rodar sobre el cuerpo una enorme piedra, se le sumergió en cal viva: salió vencedor en todos estos combates. Pidió entrar en el templo de los ídolos; fue allí conducido y, con una sola palabra, derribó todas las estatuas. Fue, finalmente, degollado, hacia el año 303.
(FiN)
Petrusvil
