
La corrupción de la ciencia es el tema de nuestros días. La ciencia se basa en la búsqueda de la verdad. En la integridad del que la busca. Y en el sometimiento escrupuloso de las teorías argüidas ante la comunidad científica y ante la inevitable refutación futura del modelo. (La ciencia corrompida)
Esta base tan aparentemente inamovible e intachable se ha mostrado frágil y corruptible.
La ciencia corrompida
La ideología ha encontrado el modo de corromper la ciencia. Claro que si la ciencia se percibe como racismo y una herramienta de la supremacía blanca, la ciencia pierde su autoridad entre quienes la perciben de esta manera. O si el género depende de la autodeclaración y no de las partes del cuerpo, la biología queda descartada. También si la ideología prohibe investigar la base genética de la inteligencia o cualquier otra cosa que se le antoje está despojando a la ciencia de la libertad que necesita para mejorar la vida del hombre.
Propiamente la ideología es la enemiga de la ciencia porque le dice al investigador lo que tiene que investigar y las conclusiones que debe sacar acorde con la creencia ideológica. No olviden que la ideología es una forma de creencia, todo lo opuesto a la ciencia.
El mayor corruptor de la ciencia es el dinero. Bien en su forma más ladina como es la subvención que origina incentivos científicos perversos. O en su forma más terrible y directa como es la compra de voluntades, más propiamente: el soborno.
Hoy en día los experimentos científicos cuestan mucho dinero. Ya no pueden financiarse con los presupuestos de los departamentos universitarios de física, química, biología y astronomía. El financiamiento proviene del exterior, y esto abrió un camino para que los intereses de los financiadores entraran en el proceso.
El dinero estatal para la educación o para I+D y el de las grandes corporaciones y fundaciones contenían todo el veneno necesario para comprar tanto el camino que debían seguir los investigadores como sus posibles conclusiones fabricadas a medida del financiador.
La ciencia corrompida
Es decir, la financiación no solo afecta a lo que se investiga, sino también a los resultados. Es difícil que los científicos puedan escapar al poderoso influjo de la financiación puesto que les va la vida acomodada en ello.
Un gran porcentaje de físicos y químicos se dedican a la investigación de armas y no pueden tomar ninguna posición como cuestionar la narrativa oficial del 11 de septiembre, ni tampoco dedicarse libremente a la investigación que quieran, porque amenaza su financiación y su calidad de vida
Los psicólogos ayudan a los gobiernos a perfeccionar las técnicas de tortura. O para perfeccionar las técnicas para manipular a la población como hemos visto con la crisis Covid. Los antropólogos ayudan también a desarrollar métodos para controlar las poblaciones. Los virólogos desarrollan armas biológicas para el ejército. Las farmacéuticas usan las epidemias para imponer medicamentos y forrarse, literalmente. Las escuelas de negocios desarrollan propaganda publicitaria con un impacto seguro en la mente del consumidor. La lista continúa ‘ad nauseam’.
Como hemos aprendido de la Covid, los Institutos de Salud Pública y Big Pharma financian la mayoría de las investigaciones médicas. Como el dinero proviene de estas fuentes, estas fuentes determinan lo que se investiga y las conclusiones.
Un producto de este financiamiento fue el propio Covid y los protocolos que impedían un tratamiento efectivo. Dichos tratamientos se impusieron a los médicos por el bien de las ganancias de la «vacuna» Covid de Big Pharma y los mandatos gubernamentales inconstitucionales que coartaron aún nuestras libertades.
La ciencia corrompida
La financiación que hoy en día está al alcance de los científicos requiere de una serie de requisitos no basados en la ciencia, ni siquiera en los resultados sino en cumplir los dogmas ideológicos que imperan hoy: Ambientalistas, generistas, feministas, elegetebieros, wokistas, etc. etc.
Las carreras científicas también dependen de la publicación. Cuando el financiamiento proviene de quienes tienen intereses comerciales o lucrativos en los resultados de la investigación,. el científico financiado se encuentra en una situación de conflicto de intereses. Complacer a los financiadores es necesario para la continuación de la financiación,. al igual que un representante electo responde al interés de los grandes contribuyentes de su campaña.
Gran parte de la literatura científica, quizás la mitad, puede ser simplemente falsa. Flagrantes conflictos de interés. . . la ciencia ha dado un giro hacia una oscuridad mucho peor que la de antaño.
El problema de cómo se financia la ciencia, al igual que el problema de cómo se financian unas elecciones o los partidos, ha llegado a una etapa crítica que está destruyendo la integridad de la ciencia, como lo prueban estas declaraciones de los editores de las dos revistas médicas más prestigiosas:
“Simplemente ya no es posible creer gran parte de la investigación clínica que se publica. O confiar en el juicio de médicos confiables o en las pautas médicas autorizadas”.
La ciencia corrompida
FiN
Covid – La política usa la ciencia como blindaje