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El vacacionante de la Mareta

18/08/2021

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 1 minutos.
El vacacionante de la Mareta

Un ser que nunca actúa cuando tiene que actuar y, a lo más, lo hace tarde y mal; de resultas de lo cual alguien tiene que venir a salvarle o fía que a los que tiene que salvar otro vendrá que los salve. Y eso, si se salvan. No, no dejará de vacacionar semejante ser de impasibles holganzas ni por sus compatriotas atrapados en tierras afganas. (El vacacionante de la Mareta)

Un ser que mora en la cúspide etérea de la mentira, del bulerío solemne, y sólo por eso se cansa, pero es un cansancio minusculado, de poca obranza, también necesita ¡pardiez! de recreo, ociosidad y chanza. 

Antes la vida sobrellevada con mentiras necesitaba, al menos, del esfuerzo en memorizarlas para sostenerlas empinadas. Pero hoy, en tiempos de la posmodernidad líquida, el refrán «Antes se coge a un mentiroso que a un cojo» ha perdido vigencia pues se puede decir, con impunidad, una cosa hoy y mañana su contraria.

Tal embusteril proceder también se ve facilitado porque hay tanta información que la memoria colapsa. Mas por si acaso, ha de ser la memoria desalojada de la enseñanza para perpetuar la inmensa añagaza, liberándola del antagonismo crítico que, sin memoria, no se alcanza.

La verdad y la libertad requieren de un esfuerzo hercúleo, de una permanente vigilancia. La primera porque tediosamente hay que desmenuzarla y, la segunda, porque en la responsabilidad se obliga y eso es cosa muy cansada.

Así hoy la mendacidad es, más si cabe, el arma de los vagos pues no requiere esfuerzo salvo el propio de elaborarla, tampoco requiere la consistencia de sostenella y no enmendalla, pues si se enmendalla ¡no pasa nada! Y es que necesitar, sólo necesita de propaladores barraganas y de almas rupestres entregadas.

Un ser que sólo gasta su sesera en componer su artera sinfonía bulero-ideologizada en do mayor sostenido, necesita vacacionar para recuperarse de ese gasto infimado – para él, hombre de poco cansarse, una agotadora excretación-. ¡Y si poco pareciéranle sus vacaciones, este narcisita, holgazán mantenido, presuroso va y se las alarga!

¿Para qué puede, además, necesitar libranza un ser de tan ilustre vagancia? Pedrito vacaciona para pensarse las siguientes falacias porque ya se le está agotando la vela de aquellas con que hasta ahora se prodigara. 

Pedro Sánchez no interrumpe sus vacaciones y continúa sin pronunciarse sobre la crisis de Afganistán

FiN

El vacacionante de la Mareta

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