Escritor Español Petrusvil

El pensamiento de Benedicto XVI en 50 frases

30/10/2022

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 9 minutos.
El pensamiento de Benedicto XVI en 50 frases

El 16 de abril de este año (2022) Joseph Ratzinger cumplió 95 años, de los cuales algo menos de ocho los ha vivido como Papa, y nueve como papa emérito. Su figura abarca muchos aspectos: el teólogo, el intelectual, el pastor de almas, el pontífice romano, el hombre que formó con Juan Pablo II un tándem de enorme vigor, el apasionado de la liturgia… Su biógrafo, Peter Seewald, sostiene: «Benedicto XVI está sufriendo mucho a causa de la situación actual de la Iglesia» y que: «Me confesó que a lo mejor Dios lo tiene todavía aquí para dar un testimonio al mundo» (El pensamiento de Benedicto XVI en 50 frases)

La obra de Ratzinger constituye una defensa de la verdad expresada de manera diáfana.

«La vida es más fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira. La oscuridad de los días pasados se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura de Dios».

Benedicto XVI

“La razón no se salvará sin la fe, pero la fe sin la razón no será humana. (…) No actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios”.

Benedicto XVI Histórico discurso en Ratisbona (septiembre 2006)

El pensamiento de Benedicto XVI en 50 frases

El papa emérito reivindicaba el protagonismo de los cristianos en la vida pública, y que, a pesar de las hostilidades ideológicas y políticas actuales, «no deben pasar desapercibidos».

Ratzinger critica una tendencia actual caracterizada por la revisión de los derechos humanos que, de hecho, acaba con los derechos humanos. Se trata, en realidad, de «una manifestación egoísta de deseos, carentes de fundamento en la naturaleza humana» y que supone «una vía de destrucción de la civilización».

Decía Benedicto que la extensión del relativismo y de la ideología de género supone un ataque a la libertad religiosa y la libertad de expresión: «Si Occidente no asume que hay una guerra contra su civilización, perecerá», Indicando que se trata de una «doble guerra», en especial, la interna.

En 1983, como prefecto de la Doctrina de la Fe, revalidó la condena a la masonería, pues «aunque hoy en día la masonería no mande, su pensamiento se ha impuesto».

Sobre la liturgia: «No sabemos si el cielo baja o la tierra sube, pero hay un momento en que juntan»

«La liturgia debe basarse en mirar a Dios, poner a Dios en el centro».

El pensamiento de Benedicto XVI en 50 frases

Discurso del año 2011 en el Reichstag para defender el derecho natural frente a la imposición de las mayorías, porque «las mayorías no bastan para definir lo que es justo o injusto»: «Si suprimimos el derecho natural, estamos suprimiendo la ley divina», postulaba el pontífice tudesco.

«La libertad sin ley acaba en ley sin libertad».

«Dios no es acomodaticio a los tiempos y a las modas, pero siempre está abierto al hombre»

En su libro Jesús de Nazaret traslada la pregunta «¿qué ha traído Jesús al mundo?»; y responde: «Jesús nos ha traído a Dios».

El pontífice bávaro resalta la divinidad de Cristo frente a la formulación indiscriminada de los métodos histórico–críticos, y subraya la necesidad de encuentro personal con Cristo.

En relación con el denominado «matrimonio homosexual», el pensamiento de Benedicto XVI sostiene que lo que está en juego es la pregunta fundamental de qué es el hombre; si el hombre es un producto que se compone a sí mismo, o, por el contrario, es imagen y regalo de Dios.

Interpretar la Sagrada Escritura consiste en extraer «el misterio de la palabra de Dios». Eso conlleva que, según Ratzinger, «la nueva evangelización debe hablar de Dios para poder hablar del hombre».

El alemán critica que «la Iglesia habla demasiado de sí misma, de sus estructuras, en vez de centrarse en ser el ojo por el que entra la luz de Dios».

«Si queremos hablar de la dignidad de cada hombre, Dios es la clave de bóveda».

El pensamiento de Benedicto XVI en 50 frases


  • Sobre la misa:

Ratzinger piensa que la misa no era una creación de nadie, sino el desarrollo, a lo largo de los siglos, de la fe de la Iglesia. En la misa estaba la Iglesia primitiva la Iglesia de la Edad Media y la Iglesia moderna. Su familiaridad las fuentes latinas y griegas y su participación en el Concilio Vaticano II le permitieron entender que la misa se basa en la continuidad, no en la arbitrariedad ni en los cambios bruscos. Ratzinger pensaba que, tras el Concilio, se iba a continuar con las reformas emprendidas anteriormente por Pío X y Pío XII. Por eso, le produjo perplejidad el intento de prohibición del misal precedente, que venía de Trento y de Pío V, y que, en realidad, no era más que una reelaboración del misal romano.

«La idea de prohibir o acabar con un rito es algo que nunca se había producido en la historia de la Iglesia; era una actitud rupturista única en la historia y que iba a conllevar trágicas consecuencias». Para Ratzinger, la misa es una obra de Cristo como sacerdote. Por tanto, el altar en alto y la orientación tienen mucha relevancia y se asientan en la tradición apostólica. «La misa no es una autoafirmación de una comunidad, pues el sacerdote actúa in persona Christi; no es delegado de la comunidad, ni se representa a sí mismo».


El día de su elección: «Después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un trabajador sencillo y humilde en la viña del Señor».

«Las tendencias de disolución del matrimonio (…) hasta el pseudomatrimonio entre personas del mismo sexo son (…)expresión de una libertad anárquica, que se presenta injustamente como verdadera liberación del ser humano».

«Los pueblos de los países ricos deben estar dispuestos a asumir la carga de condonar las deudas a los países pobres».

«El papa no es ningún oráculo y (…) sólo es infalible en escasísimos casos».

«La razón no se salvará sin la fe, pero la fe sin la razón no será humana».

«Nos hemos de liberar de la falsa idea de que la fe ya no tiene nada que decir a los hombres de hoy».

El pensamiento de Benedicto XVI en 50 frases

«Cuando la política pretende hacer la obra de Dios, pasa a ser, no divina, sino demoníaca».

«El fundamentalismo es siempre una falsificación de las religiones».

«Lo que me llena de estupor no es la incredulidad sino la fe. Lo que me sorprende no es el ateo, sino el cristiano».

«La verdad no se determina mediante un voto de la mayoría».

«El laicismo no puede ser una religión universal, porque es parcial y no responde a las preguntas del ser humano».

«La bondad implica también la capacidad de decir no».

«Cuando el relativismo moral se absolutiza en nombre de la tolerancia, los derechos básicos se relativizan y se abre la puerta al totalitarismo».

«El hundimiento del comunismo no significa automáticamente la bondad del capitalismo».

«Matar a inocentes en nombre de Dios es una ofensa contra él y contra la dignidad humana».

«El terrorismo, sea cual sea su origen, es una decisión perversa y cruel, que pisotea el sagrado derecho a la vida».

El pensamiento de Benedicto XVI en 50 frases

En Auschwitz: «Hablar en este lugar de horror, cúmulo de crímenes contra Dios y contra los seres humanos sin igual en la historia resulta casi imposible. Es especialmente difícil y opresivo para un Papa que viene de Alemania».

«Muéstrame lo que Mahoma ha traído de nuevo y encontrarás sólo cosas malas y deshumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba».

«No se puede solucionar el problema (del sida) repartiendo sin más condones. Tiene que hacerse mucho más».

En el memorial del Holocausto de Yad Vashem en Jerusalén: «He venido para guardar silencio ante este monumento que fue erigido para honrar el recuerdo de los millones de judíos que fueron asesinados durante la horrible tragedia de la shoah.(…) La Iglesia católica, que está comprometida con las enseñanzas de Jesús y quiere imitar su amor por todas las personas, siente una profunda compasión por las víctimas que son recordadas aquí».

Conversación con los astronautas de la Estación Espacial Internacional: «Vosotros, que sobrevoláis nuestro planeta, debéis tener claro que todos vivimos juntos y lo absurda que es cualquier guerra».

«La fe va más allá de los simples datos empíricos o históricos, y es capaz de captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad».

«La fe no se opone a vuestros ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona».

«El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente a Dios».

El pensamiento de Benedicto XVI en 50 frases

«Conservad la llama que Dios ha encendido en vuestros corazones en esta noche: procurad que no se apague, alimentadla cada día, compartidla con vuestros coetáneos que viven en la oscuridad y buscan una luz para su camino».

«En el fondo, lo que nuestro corazón desea es lo bueno y bello de la vida. No permitáis que vuestros deseos y anhelos caigan en el vacío, antes bien haced que cobren fuerza en Cristo. Él es el cimiento firme, el punto de referencia seguro para una vida plena».

«Sí, queridos amigos, Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás. No somos fruto de la casualidad o la irracionalidad, sino que en el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios».

«Queridos amigos, que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad. El Señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su Nombre en toda la tierra».

«Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por si solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quien es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso a lazar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento. Estas tentaciones siempre están al acecho. Es importante no sucumbir a ellas, porque, en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios».

«España es una gran Nación que, en una convivencia sanamente abierta, plural y respetuosa, sabe y puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica».

Cuando visitó España: «Dejo España contento y agradecido a todos. Pero sobre todo a Dios, Nuestro Señor, que me ha permitido celebrar esta Jornada, tan llena de gracia y emoción, tan cargada de dinamismo y esperanza».

«Rezo igualmente por los jóvenes de España. Estoy convencido de que, animados por la fe en Cristo, aportarán lo mejor de sí mismos, para que este gran País afronte los desafíos de la hora presente y continúe avanzando por los caminos de la concordia, la solidaridad, la justicia y la libertad».

En su despedida como Papa: «Gracias de corazón y pido perdón por mis errores».


No quiero acabar sin añadir dos reflexiones de Benedicto. La primera en el quinto año de su pontificado y la segunda cinco años antes con el Papa Jaun Pablo II agonizante:

El 11 de mayo de 2010, el Papa confió a los periodistas que lo acompañaban en el vuelo a Fátima lo siguiente:

“El Señor nos dijo que la Iglesia estaría sufriendo constantemente, de diferentes maneras, hasta el fin del mundo. … En cuanto a las cosas nuevas que podemos encontrar en este mensaje [el tercer secreto de Fátima, ed.] hoy, también está el hecho de que los ataques contra el Papa y la Iglesia vienen no solo de afuera, sino también de los sufrimientos de la Iglesia. vienen precisamente de dentro de la Iglesia, del pecado existente dentro de la Iglesia.”

Benedicto XVI

En ese momento, ya había sido Papa durante cinco años. Más de cinco años antes – el 25 de marzo de 2005 – el Cardenal Ratzinger había pronunciado las siguientes palabras en la 9ª Estación del Vía Crucis el Viernes Santo en el Coliseo, ante el agonizante Juan Pablo II:

“¿No deberíamos pensar también en cuánto sufre Cristo en su propia Iglesia? ¡Cuántas veces se abusa del santo sacramento de su Presencia, cuántas veces debe entrar en los corazones vacíos y malvados! ¡Cuántas veces nos celebramos solo a nosotros mismos, sin siquiera darnos cuenta de que Él está allí! ¡Cuán a menudo se tuerce y se usa mal su Palabra! ¡Qué poca fe hay detrás de tantas teorías, de tantas palabras vacías! ¡Cuánta inmundicia hay en la Iglesia, e incluso entre aquellos que, en el sacerdocio, deberían pertenecerle enteramente! ¡Cuánto orgullo, cuánta autocomplacencia! ¡Qué poco respeto le damos al Sacramento de la Reconciliación, donde nos espera, dispuesto a levantarnos cada vez que caemos! Todo esto está presente en su Pasión. Su traición por parte de sus discípulos, la indigna recepción de su Cuerpo y de su Sangre, es ciertamente el mayor sufrimiento soportado por el Redentor; le atraviesa el corazón.

Cardenal Ratzinger

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FiN

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