
En los últimos días, apareció una interesante noticia: en el ríspido encuentro que tuvo el papa Francisco con Mons. Georg Gänswein poco después del funeral de Benedicto XVI no se habló sobre el libro de memorias escrito por el prelado alemán, sino por la herencia del papa emérito. Y es que Gänswein es su heredero universal, y los bienes que integran el legado es la riquísima biblioteca de Ratzinger, por la que Bergoglio no debe tener el menor interés, pero sí en los derechos de sus libros, los cuales deben reportar algunos millones de euros anuales en regalías. Se le habría exigido a Gänswein que entregara esos derechos a la Santa Sede, y se le habría amenazado con la excomunión por revelar secretos del último cónclave (?) si no accedía. (El corazón apropiativo de Bergoglio)
Muchos lectores, sensatamente, podrán decir que no es más que una fabula pergeñada en los mentideros vaticanos. Y puede que así sea. Sin embargo, los antecedes de Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires y su avidez por el dinero podrían también indicar que la especie es cierta. Comento aquí un sonado caso de apropiación ocurrido en la sede porteña.
En el siglo XVIII, la beata María Antonia de Paz y Figueroa, funda la congregación religiosa femenina de las Hijas del Divino Salvador. La congregación se dedicó a ayudar a los sacerdotes en la obra de la predicación de retiros espirituales. Fue siempre una congregación pequeña, con pocas casas, pero muy arraigadas en la tradición porteña. Son ellas las dueñas de la Santa Casa de Ejercicios, edificio de raíces coloniales y muy tradicional en Buenos Aires.
La congregación es dueña también del santuario de San Cayetano de Liniers, el más visitado de Argentina y – aquí está lo importante- el que recibe mayor cantidad de limosnas. Por un convenio celebrado a principios del siglo XX, cedieron al arzobispado el uso del templo aunque tomaron una precaución: la alcancía ubicada junto a la imagen del santo desemboca en las arcas de las hermanitas y el contante —que es mucho— que allí depositan los fieles no pasa a engrosar el patrimonio de la parroquia o de la curia. El cardenal Bergoglio presionó durante años para que la cesión de templo, terreno y alcancía fuera definitiva pero las buenas monjitas, con toda razón, no cedieron.
El cardenal arzobispo Bergoglio montó en cólera y se dispuso disolver la congregación pretextando el escaso número de miembros. E, incluso, que las monjitas venidas del Paraguay a la Congregación habían sido engañadas. De esa manera, el problema se solucionaba y la arquidiócesis se haría con la anhelada alcancía de San Cayetano. Y, también, con la Santa Casa de Ejercicios, que ocupa una manzana entera en el pleno centro de Buenos Aires. La citada Casa de Ejercicios representa millones de dólares por su valor inmobiliario y por los incontables tesoros artísticos que posee.
El corazón apropiativo de Bergoglio
Es así, que a solicitud del ordinario porteño, la Santa Sede decretó la intervención de la congregación, el desplazamiento de su superiora general en medio de calumnias y humillaciones. También, el nombramiento un jesuita como interventor y de un obispo auxiliar de Buenos Aires, Mons. Eduardo García, como comisario apostólico. Es decir, las monjas y sus cuantiosas limosnas quedaron en las manos de Bergoglio, quien se convertía en acusador y juez, arte y parte.
Desde aquí en PDF pueden acceder a una larga carta que en su momento enviaron las monjas al cardenal Rodé, prefecto de la Congregación de religiosos, donde explican detalladamente todos los sucesos y la situación a la que fueron sometidas por el arzobispo porteño. Una copia de la misma fue remitida también a la Signatura Apostólica y directamente al Papa Benedicto a través de su secretario.
Desconozco cómo habrá terminado el entuerto, y para el caso no es relevante. Sin embargo, es demostrativo de otra de las caras del poliédrico corazón bergogliano.
(FiN) El corazón apropiativo de Bergoglio
FiN
FUENTE: El papa Francisco y la herencia de Ratzinger / Blog Caminante Wanderer
El corazón mezquino del Papa de cartón piedra