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Breve historia del movimiento tecnocrático – Tecnocracia (I)

16/02/2023

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 10 minutos.
Breve historia del movimiento tecnocrático - Tecnocracia (I)
Símbolo oficial del movimiento tecnocrático

Esta disertación sobre la Tecnocracia se divide en dos entradas. En esta, la primera, describo sucintamente la Historia de un movimiento que empezó allá por 1919 y en qué consiste. Y, en la segunda, «La tecnocracia es la nueva normalidad – Tecnocracia (II)» describo la situación un siglo después con el movimiento tecnócrata aceptado por las élites e instalado mundialmente en todos los órdenes de la sociedad. (Breve historia del movimiento tecnocrático – Tecnocracia (I))

Breve historia del movimiento tecnocrático – Tecnocracia (I)

Nacimiento de la Tecnocracia

El término “tecnocracia” hace que la mayoría de las personas se sientan amenazadas, imaginando un mundo inhumano donde los seres humanos están controlados por robots y máquinas. Teléfonos inteligentes con ubicación GPS, drones, cámaras de vigilancia en cada esquina, controles digitales de entradas en las ciudades por Zonas de Bajas Emisiones: nuestro presente se parece cada vez más a esta horrible perspectiva. Lo que algunos celebran como progreso, otros lo temen como instrumento totalitario de deshumanización y esclavitud. De hecho, también haylos y muchos son que creen que la tecnocracia es una bendición para la humanidad. 

El movimiento tecnocrático nació con la fundación de la “Alianza Técnica” en 1919 en Nueva York. La asociación compuesta inicialmente por 15 ingenieros, científicos y técnicos, estaba encabezada por el turbio personaje Howard Scott. Inicialmente se dedicaron a la tarea de documentar el derroche y la ineficiencia del sistema capitalista. Sin embargo, el conservadurismo y la economía en auge de la década de 1920 obstaculizaron la continuidad del proyecto. No tenían, por entonces, apoyo político porque la crítica al capitalismo no era bien aceptada en el espíritu de la época. El grupo se disolvió en apenas dos años.  

Pero Howard Scott no se dio por vencido. Le motivaba la posibilidad de encontrar la ‘solución definitiva’- típica motivación de los seres mesiánicos- y su fuerte necesidad egocéntrica de ser reconocido como hombre valioso en «Greenwich Village” dado que no tenía formación académica formal. Quería reorganizar el mundo con los peligros que tal pomposa misión suele engendrar. En 1933 fundó Technocracy Incorporated  junto con  Marion King Hubbert, a quien conoció a principios de la década de 1930. Hubbert acababa de empezar a trabajar en la Universidad de Columbia. Aquí nace el movimiento tecnocrático.

En 1933, los tecnócratas publicaron sus ideas en un documento titulado  Introducción a la tecnocracia. Este es considerado la biblia del movimiento tecnocrática y marcó los cimientos intelectuales sobre los que se asienta el movimiento hasta la actualidad. 

La universidad de élite de Columbia creía que podría sacar algo de las ideas radicales de los autores intelectuales tecnocráticos. A Scott y Hubbert se les permitió establecer su nueva empresa en el campus de Nueva York. A partir de entonces, la “Technocracy Incorporated” compartió un piso entero, curiosamente, con el aun pequeño equipo de la empresa IBM, fundada en 1911. IBM ya estaba tras el desarrollo de la computadora moderna.

Breve historia del movimiento tecnocrático – Tecnocracia (I)

Breve historia del movimiento tecnocrático - Tecnocracia (I)
Diagrama de la tecnoestructura según Mintzberg.
De Jean-Christophe BENOIST – Trabajo propio, CC BY 3.0,

El crack de 1929 supuso su auge

Al acontecer la caída de la bolsa de valores de 1929, las ideas de Scott y Hubbert cayeron en terreno abonado. La crisis económica global que desencadenó el “Jueves Negro” había destruido gravemente la confianza en el sistema capitalista. La política, la economía y la sociedad buscan nuevas ideas y soluciones para la miseria socioeconómica que se produjo. El movimiento de la tecnocracia experimentó un auge.

Se formaron grupos locales  en todo Estados Unidos y organizaron reuniones periódicas. Se lanzó la revista Technocrat. En su  apogeo, el movimiento llegó a tener más de medio millón de miembros oficiales solo en la costa este de los Estados Unidos. El movimiento se expandió rápidamente a Canadá, Alemania y muchos otros países. Después de 1948, el entusiasmo por el tema decayó un poco. Sin embargo, “Technocracy Incorporated” todavía opera su propio  sitio web, publica un boletín mensual y organiza conferencias.

Conceptualmente ¿Qué es la tecnocracia?

Para la mentalidad tecnocrática la verdad y la racionalidad son prácticamente sinónimas. De manera que todos aquellos aspectos irracionales o subjetivos del ser humano quedan relegados en sus consideraciones sobre la sociedad.

La tecnocracia, es siempre un grupo que participa en la distribución del poder, pero cuyas formas de acceso a la concentración de éste se fundamentan desde perspectivas ‘técnicas’ – ciencia aplicada- y no políticas. El gobierno de los técnicos. Siempre están buscando óptimos tëcnicos sobre todo en el campo de la economía pero en ningún momento piensan en las personas sólo en la «razón técnica» ….. Detestan al individuo. Se atribuyen una legitimidad que no tienen. a través de un discurso falaz y seudopositivista, autootorgado por la ‘verdad’ científica hecha razón técnica.

Pero no hay legitimidad, pues el actor dominado no está aceptando jamás la dominación en sí y en la tecnocracia se omite el tema de las voluntades. La tecnocracia apela a que no se pueda decidir voluntariamente si estar o no de acuerdo, sólo se puede apreciar el resultado que operativamente la ‘razón’ ha señalado. La anulación del reino de la decisión política y de la voluntad es parte del credo tecnocrático y de su lógica misma de justificación. Por eso la tecnocracia es un totalitarismo de la razón científica que se muestra omniscientemente como entidad poseedora de la verdad.

Las habilidades de liderazgo para los tomadores de decisiones se seleccionan sobre la base de conocimientos especializados y desempeño, en lugar de afiliaciones políticas o habilidades políticas tradicionales.

Otra definición clásica en la materia es la de Jean Meynaud (1965). Quien entiende por tecnocracia una forma de estructurar el poder de manera tal que los técnicos condicionan o determinan la toma de decisiones en base a razones técnicas. Tendiendo así a sustituir al político en la fijación de ‘políticas’ y a los burócratas en la puesta en marcha de las decisiones. En este sentido, ‘tecnocracia’ es una nueva clase política. Sin embargo, la forma de uso del poder no sería semejante a la del político, como señalará Touraine, pues la acción del tecnócrata no es de mando, es de manipulación:

«Los tecnócratas no son técnicos, sino dirigentes, pertenezcan a la administración del Estado o a grandes empresas estrechamente vinculadas, siquiera por su importancia, a los ambientes de decisión política. Solamente en este sentido puede hablarse de una ‘élite del poder'»

(Touraine, 1973: 53).

A la hora de caracterizar la dominación del ‘tecnócrata’, Touraine dirá que no es directa ni clara: es ambivalente. Esta conjunción es decisiva. Se trata de una elite de poder que actúa de manera indirecta, cuya forma de acceso al control radica en su vínculo socialmente aceptado con el saber, la expertitud. Observen que esas son las actitudes del Foro Económico Mundial, la ONU, la OMS, el Banco Mundial, etc. Son expertos – o tienen acceso a ellos- en los asuntos relevantes y ello justifican sus soluciones. Ustedes habrán oido decir a sus políticos que tomaban decisiones de acuerdo con los expertos, eso es tecnocracia.

Por último, la tecnocracia es cientificista, ello exige discursos de legitimación con un cariz científico. En este sentido es posible detectar dos discursos teóricos de legitimación: Uno trata de que la técnica es superior en racionalidad a la ideología y que por tanto el uso de criterios técnicos hace más racional, por tanto moderno, al Estado y la política. El otro discurso es, en parte, subsidiario del primero. Dice que debido a las problemáticas organizacionales y de eficiencia en el Estado, éste requiere una ‘modernización’, donde el incremento en la expertiz ( «experiencia», «conocimientos», «habilidad» o «pericia») de los funcionarios y el uso de un nuevo marco organizacional permitirá incrementar los niveles de eficiencia, tal y como ha sido posible de realizar desde hace ya años en el ‘sector privado’ (el mercado). Son estos los principales discursos teóricos de legitimación de la tecnocracia.

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Tendencia a la suplantación del poder político. Ejemplos de tecnócratas

Lo que caracteriza a la tecnocracia, ya en el siglo veintiuno, es la tendencia a suplantar el poder político en vez de asesorarle, tomando para sí la función decisional. Eliminando la división entre política como reino de los fines y técnica como reino de los medios, el tecnócrata abandona su hábitat técnico-económico y de los medios de la acción social para meterse en el de los fines y en el de los valores, intentando que la decisión de tipo político y discrecional —con base en criterios prudenciales y morales— sea reemplazada por una decisión no discrecional, fruto de cálculos y previsiones de tipo técnico-científico, sobre la base de puros criterios de eficiencia y optimización.

Los globalistas y los del Foro Económico Mundial (WEF) son tecnócratas. La ONU, la OMS, el Banco Mundial, los Bancos Centrales (la FED y el BCE) son tecnócratas. La UE, por ejemplo, tuvo que recurrir a Mario Monti y Lucas Papademos que fueron los tecnócratas que fueron al rescate de Italia y Grecia en 2013.

Fueron tecnócratas los economistas que aplicaron las complejas teorías keynesianas y son tecnócratas los que hoy aplican las políticas monetarias. Fueron «tecnócratas» los ministros del Opus Dei del gobierno nombrado en 1957 nombrado por Franco y, lo cierto es que contribuyeron al despegue de la economía española de la posguerra. Hay que decir que se trataba de un tipo de tecnócratas muy especiales, por ser cristianos más ‘sociales’ que ningún tecnócrata al uso. Su enfoque era mejorar la economía a travës de decisiones técnicas para mejorar la calidad de vida en España. Otro ejemplo es el famoso informe realizado para el Club de Roma por el System Dinamics Group del MIT, el Massachusetts Institute of Technology, uno de los mayores laboratorios mundiales del pensamiento tecnocrático.

La crisis Covid ha sido gestionada por tecnócratas. Los jefes de gobierno hablaban todo el rato de «seguir la ciencia» y de apoyarse en decisiones de los expertos. Particularmente la OMS y lo responsables de Salud Pública de los gobiernos (Fauci en USA y Simón en España). Como cosa peculiar los responsables epidemiológicos se situaron delante de los políticos haciendo de «pantalla cientifista» protectora.

El movimiento tecnocrático había encontrado fieles adeptos en las esferas más altas de la élite mundial. Los geoestrategas y las altas finanzas de la política estadounidense se percataron rápidamente de que el movimiento tecnocrático les había proporcionado una herramienta con la que implementar sus visiones totalitarias de monopolio, hegemonía y control de la población a escala mundial.

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1969: China campo de pruebas de los tecnócratas

Ya en la década de 1930, los oligarcas financieros de la hegemonía estadounidense decidieron hacer de China el laboratorio de un modelo de sociedad tecnocrática. Pero no fue hasta 1969 bajo la administración de Nixon, que se realizó un intenso trabajo para abrir China a Occidente. Supuestamente para apoyar al país en su desarrollo económico pero se buscaba la implantación de las ideas tecnocráticas en el pais de los mandarines.

Dron con códigos QR control del Covid-19 China

Las imágenes actuales de China muestran hasta qué punto ha progresado el proyecto piloto de los tecnócratas en la República Popular, donde la población se mantiene dócil con bloqueos de coronavirus cada vez más nuevos y ataques tecnológicos totalitarios. El teléfono inteligente sirve como un grillete para quienes están en el poder. Cualquiera que se salga del radio de movimiento permitido, no cumpla con los ciclos de prueba o escriba mensajes críticos debe esperar sanciones estatales. Todo un Sistema de Crédito Social Automatizado está en funcionamiento ya. El sistema restringe la libertad de movimiento y las actividades según la puntuación personal.

En China, cualquiera que pase demasiado tiempo en su balcón durante los cierres será visitado por un dron, que le pedirá al liberador que se quede en el interior bajo la amenaza de sanciones. Los robots patrullan las calles. La resistencia es fútil y se desvanece en espacios anónimos, cada vez más digitales, de una burocracia intangible. Incluso hay barrios e incluso edificios con barras que funcionan como sistemas de acceso monitorizados – la smart city ya se está probando en China-. El hecho simbólico de este sistema distópico es que los delincuentes y delincuentes en China serán condenados por un juez virtual en el futuro.

Este grotesco ejemplo de deshumanización sistemática llegó al corazón del movimiento tecnocrático, ya que los tecnócratas asumieron desde el principio la posición de que los gobiernos, los estados, las monedas e incluso las personas no rentables son obsoletas y prescindibles en su sistema «que querían perfecto». Para ellos el Estado, la sociedad global y las sociedades sectoriales son sistemas que ‘deben’ ser orientados según los principios de la «razón técnica». Esta premisa es central. Para ellos no existen las razones morales o la ayuda al prójimo. A la técnica le subyace la racionalidad medios-fines, la racionalidad acuñada en términos instrumentales puesto que es un sistema, y que redunde en utilidad y esa un óptimo (así de frio y calculador sin criterios morales ni humanos).

Breve historia del movimiento tecnocrático – Tecnocracia (I)

Decidieron que el mundo debía ser controlado principalmente a través del consumo de energía, ya que esta es la única forma eficiente de controlar a la población y de garantizar el uso óptimo de los recursos disponibles. Además, los tecnócratas están convencidos de que la tecnología no se puede corromper como sí el individuo. Que es menos propensa a errores y está libre de factores disruptivos humanos como la moral, la ética o la empatía, que se interponen en el camino de una gestión energética eficiente.

Vistos desde esta perspectiva, los omnipresentes objetivos de sostenibilidad de la ONU firmados por 219 países, la reducción de la huella individual de CO2 y la mentira del apocalipsis climático aparecen bajo una luz diferente. Porque si bien estos temas parecen perseguirse ostensiblemente por un bien mayor —para salvar el mundo— en realidad para la movimiento tecnocrático, no son más que herramientas totalitarias de control en la búsqueda de un «mundo perfecto».

Por supuesto, Technocracy Incorporated de hoy es poco más que un club residual dedicado a la administración de bienes y mantenimiento de membresía, pero los objetivos originales del movimiento se persiguen con más vigor que nunca. Solo que, ahora, el movimiento tecnocrático está en manos de los Estados, los Organismos Supranacionales y las grandes corporaciones, es decir, las élites.

(FiN) Breve historia del movimiento tecnocrático – Tecnocracia (I)

FiN

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El misticismo consumista – La Máquina II