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Zemmour ¿Unificación de la derecha francesa?

06/12/2021

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 7 minutos.
Zemmour ¿Unificación de la derecha francesa?

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Francia está atrapada en un estancamiento político. El duelo entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen en 2022, una repetición de las elecciones de 2017, es visto como indeseable por hasta el 70% de los franceses. Las encuestas han identificado un nuevo potencial candidato que podría romper este estancamiento político. Las últimas encuestas muestran que el columnista y periodista francés de Le Figaro, Éric Zemmour, tiene la oportunidad de alterar las próximas elecciones. La senda desde el estudio de televisión al Palacio del Elíseo puede ser más corto de lo que parece. ( Zemmour ¿Unificación de la derecha francesa? )

Zemmour ¿Unificación de la derecha francesa?

Un candidato emergente

Muchos comentaristas subrayan que en la historia reciente de la República Francesa no se ha registrado un aumento tan rápido de apoyo a un nuevo candidato. Zemmour puede llegar a contar con el 17 por ciento de los votos en la primera ronda situándose por delante de Marine Le Pen. El apoyo al columnista sigue creciendo, y acaba de anunciar oficialmente su candidatura a las Presidenciales. Actualmente está de gira promocionando su último libro, “La France n’a pas dit son dernier mot” (Francia no ha dicho su última palabra). Está aprovechando la promoción del libro para hacer una pregira preelectoral por el país.

Tiene posibilidades de entrar en la segunda ronda. Es un golpe para Le Pen, cuya campaña en las elecciones regionales de este año resultó una gran decepción. El padre de Le Pen, Jean-Marie, fundador del Frente Nacional, también vería al periodista en la segunda ronda. En una entrevista con Le Monde, dijo que si Zemmour fuera el candidato más fuerte de la derecha, sin duda lo respaldaría.

Es el único candidato de la derecha que se ha ganado las simpatías de los dos grupos, el de la Rassemblement national y el liberal-conservador Les Républicains y, además, esá reuniendo apoyo tanto entre las clases populares—la Francia periférica que votó por Le Pen—como entre la burguesía conservadora, que hasta ahora ha votado por Les Républicains. Esto lo convierte de facto en la primera figura de la política francesa que sería capaz de consegir la mítica Union des droites, la unidad de la derecha.

Zemmour ¿Unificación de la derecha francesa?

¿Cómo piensa Éric Zemmour?

Sus objetivos

Para Zemmour el objetivo es poner fin a la revolución de la década de 1960, o incluso de revertirla. La soberanía es un valor no negociable y, por ello, tiene una actitud hostil hacia las instituciones internacionales. Contra el libre comercio defiende la France périphérique, gente de pequeñas ciudades y pueblos. En sus libros se encuentra un anhelo, una emoción que evoca imágenes de una Francia que está desapareciendo.

Zemmour habla de «choque de civilizaciones» y de la necesidad de liberar a Francia de la supervisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Habla sin rodeos de un «gobierno de jueces» que despoja a los Estados europeos de su soberanía.

Zemmour ¿Unificación de la derecha francesa?

Los tres puntos críticos de Francia a juicio de Zemmour

A los ojos de Zemmour, en las últimas décadas Francia ha experimentado tres puntos de críticos.

  • Mayo de 1968. Esta fecha marca el comienzo de Le Suicide français – título de uno de sus libros-. La revuelta estudiantil del 68 fue el comienzo de la descomposición, que para Zemmour está socavando las estructuras tradicionales: la familia, la nación, el trabajo, el estado y la escuela.
  • El Tratado de Maastricht en 1992 que , en opinión de Zemmour, fue cuando Francia se despidió de su soberanía y la democracia se convirtió en una farsa. Nació una nueva división política: por un lado los políticos, los medios de comunicación, las élites artísticas y financieras, los ganadores de la globalización, y por otro lado sus perdedores, los olvidados.
  • El referéndum de 2005 sobre la Constitución Europea selló el destino de Francia. El pueblo rechazó la Constitución Europea, ganó el «no». Pero no fueron escuchados. Sarkozy adoptó el Tratado de Lisboa sin consultar a los franceses. Fue el último clavo clavado en el ataúd de la democracia francesa pensaba Zemmour.

Para las élites que han surgido a partir de mayo del 68, explica Zemmour, «la cohesión cultural que hemos logrado preservar a pesar de la inmigración del siglo XIX es algo sospechoso; exigir la asimilación equivale a xenofobia; el apego a la historia, a nuestros héroes, es para ellos un testimonio de nuestra arrogancia racista.”

Para él, el liberalismo se ha convertido en una ideología de élites indiferentes a los intereses de su propio país que desprecian a su propio pueblo. Usando argumentos económicos, el liberalismo abrió el camino a la inmigración masiva, inició los procesos de desindustrialización y reubicación que dejaron a las masas de inmigrantes desempleados, aumentando las tensiones entre ellos y la sociedad que los acogió. La ideología liberal, según Zemmour, es una de las principales causas de la anomia en la que Francia está inmersa.

Zemmour ¿Unificación de la derecha francesa?

La UE y los liberales franceses

El otro artefacto que impactó en la forma de la sociedad y la economía francesas fue la Unión Europea. Fue el Acta Única Europea que significó el fin de la política económica soberana e independiente y, como señala Zemmour, el fin de la industria francesa.

Los liberales franceses, argumenta Zemmour, son muchísimo peores que sus homólogos ingleses o estadounidenses. Las reformas introducidas por Thatcher y Reagan, al menos, fueron acompañadas por un renacimiento del patriotismo y el orgullo nacional, mientras que las políticas liberales en Francia fueron acompañadas por lemas sosos desprovistos de patriotismo y una rendición de soberanía.

Para él fueron los liberales los que sacrificaron la industria francesa, Zemmour estima que en 2014, el 50 por ciento del valor de las empresas bolsa era de propiedad extranjera. Las empresas «campeones nacionales», creados con gran esfuerzo bajo los presidentes de Gaulle y Georges Pompidou, dejaron de ser nacionales. La competencia desigual con China deterioró aún más el paisaje de la industria francesa. «En el campo de la industria», observa sombríamente el ensayista francés, «Francia en realidad se remonta al siglo 19, cuando era un país agrícola.”

Para Zemmour, el proteccionismo es la única política económica viable. El libre comercio, argumenta, no solo trata de principios económicos, también es una distinta visión del hombre y la sociedad, donde el ciudadano «es visto como un mero consumidor y no como un miembro de una comunidad nacional, más como un ciudadano del mundo que como un patriota.

Zemmour es un enemigo declarado de la Unión Europea a la que ve como una oligarquía, una élite llena de desprecio por su propio pueblo. Está gobernada por dignatarios que no han sido elegidos democráticamente, por funcionarios que no se sienten responsables ante nada ni nadie. Según Zemmour, en algún momento la Comisión Europea dejó de respetar a los parlamentos nacionales y comenzó a dictar abiertamente sus normas.

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No hay dúo franco-alemán sino una hegemonía alemana

A los ojos de Zemmour, el dúo franco-alemán es un mito. Los franceses se han engañado a sí mismos durante mucho tiempo. Resulta que Europa no se ha vuelto más francesa, sino más alemana. La hegemonía alemana en Europa se ha vuelto incuestionable. «A partir de ahora, no se puede tomar ninguna decisión importante sin la aprobación de Berlín, y nuestros presidentes nunca olvidan ir a Berlín inmediatamente después de las elecciones. Como si fuera allí, como los reyes de la antigüedad en Reims, donde eran ordenados», escribe.

La abdicación de la soberanía a favor de la UE y su subordinación a Berlín son, según el periodista francés, ejemplos de la traición de las élites. Las palabras de Jean-Claude Trichet cuando se convirtió en presidente del Banco Central Europeo encapsula perfectamente el cambio. Su primera declaración oficial fue en inglés :»No soy francés.”

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Conservador, nacionalista y “populista”

Vale la pena preguntarse si Zemmour es un conservador o sólo un «populista». Mas él admite gustosamente esta etiqueta. Una vez definió el populismo como «el grito de las naciones que no quieren morir”. Otra vez explicó que un populista es simplemente alguien que se pone del lado del pueblo. A sus ojos la división horizontal entre izquierda y derecha ha perdido su significado. Él piensa en términos de una división vertical: la oligarquía, los ganadores de la globalización, frente a la gente común, los perdedores de la globalización.

Es un «civilizacionalista» – término acuñado por Daniel Pipes, un politólogo estadounidense, para caracterizar a aquellos políticos para quienes la prioridad es luchar por preservar la identidad de la civilización occidental, oponiéndose a la inmigración masiva y la creciente influencia del Islam-. Zemmour a menudo utiliza tal retórica civilizacionalista: «hay que elegir el bando en el que luchar en el choque de civilizaciones que se está produciendo en nuestro suelo.”

El periodista ha decidido postularse para la Presidencia por lo que tendrá que abordar las contradicciones de su mensaje. Quiere que Francia recupere la soberanía sobre la inmigración, los aranceles y la política industrial, pero ¿cómo se puede hacer esto sin abandonar la Unión Europea o cambiar los tratados? Este es un problema que Zemmour es reacio a plantear porque corre el riesgo de perder el apoyo entre la parte del electorado que tan desesperadamente necesita: la burguesía patriótica. ¿Ganará Zemmour en 2022, o preparará el camino para un futuro candidato—tal vez Marion Maréchal—que liderará el triunfo final de sus ideas? Eso fue loq eu le ocurrió a Buchanan que preparó el camino para que ganara Trump.

Video: Presentación de candidatura de Zemmour a las presidenciales francesas

(Aquí el video en youtube)

(FiN) Zemmour ¿Unificación de la derecha francesa?

FiN

Falacias del lobby feminista español