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La vida y la poesía

01/07/2021

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.

Si está cansado de escritores mentirosos, melifluos o políticamente correctos. Si prefiere la prosa y la poesía con alma, sentimiento y vehemencia, la verdad transparente sin eufemismos ni tergiversaciones, entonces yo soy su pluma. 

Tiempo de lectura 7 minutos.

Tabla de contenidos

La vida y la poesía

La vida y la poesía. Ensayo corto.

Poesía es el hombre en acción

El objeto de la poesía según Aristóteles es el hombre en acción. Puede afirmarse que un elemento psíquico o una combinación de tales elementos puede ser parte integrante de la poesía en la medida en que está relacionada con la vivencia del poeta y como la representa en sus versos. El asiento de la poesía es vital; la vivencia, la experiencia vivida, lo anímico, las imágenes del mundo, todas estas, conforman lo que vuelca el poeta en ella una vez que pasan por el cedazo de su alma.

También toda operación de la razón que analiza y ordena las experiencias vividas en su peculiar ser sirve a la labor del poeta. Una poderosa vitalidad del alma, energía de las experiencias del corazón y del mundo, constituyen fondo materno común de los productos espirituales de los poetas. En todo gran poeta debe haber existido esta relación espontánea entre un agil intelecto con la experiencia de la vida. Goethe dijo: De esto depende todo: hay que ser algo, para hacer algo. Podemos decir que es el carisma, el carácter personal del escritor, el que provoca interés entre el público y no los artificios del talento.

La vida y el arte

Las imágenes de la vida son el abono de la tierra madre de donde el poeta extrae los elementos esenciales para su creación. Los elementos de la poesía: motivo, argumento, caracteres y acción son transformaciones representadas, en los versos, de la vida. Es la acción estética el obrar último del poeta que ha de germinar en poderosa fascinación. Pero no basta con ello pues ha de surgir de un alma más sensible y más viva; que sea capaz de dilatar el corazón, de encumbrarnos a las nobles alturas de lo extraordinario.

Por consiguiente ya el suelo materno de toda verdadera poesía es la realidad histórica de la que parte; y de un modo determinado de ver en los hombres. Tipos definidos, enredo de la acción y desenlaces subordinados a los sentimientos de la época y de las gentes que las pueblan; contrastes y relaciones de las vívidas imágenes que preñan al poeta de acuerdo con la sensibilidad especial de esa época en la que vive. El alma creadora del poeta está sembrada por su tiempo y las vivencias que tiene en él. También. que duda cabe, por las influencias de otros poetas pretéritos, no sólo los contemporáneos. La técnica poética está condicionada históricamente.

La vida y la poesía

La esencia y la función del arte no pueden ser conocidas por la estética idealista en su ideal supremo, tal como somos capaces de apreciarla actualmente. La mayor parte de las teorías del mundo espiritual de la época de la especulación alemana presentan esta falla. Aquello que se desarrolló bajo las condiciones más favorables no debe ser aplicado como impulso a toda la serie de manifestaciones en que se desenvuelve este circulo vital.

Wilhelm Dilthey

El arte no tiene por fin el conocimiento de la realidad ni debe confundirse con ella

Hay arte siempre que se presenta algo que no tiene por fin el conocimiento de la realidad ni debe confundirse con la realidad; sino que debe satisfacer en si el interés del sujeto que lo contempla. Pero el interés del poeta no es necesariamente el del contemplador de su obra. Lo que mueve a la acción al poeta es la creación como acto de amor en el que entrega lo que su alma peculiarísima engendra; no espera de ello ni el reconocimiento ni la remuneración aunque bienvenidos ambos siempre sean.

Desde las siluetas de los ciervos y bisontes que en Altamira plasmó el hombre de la edad de piedra, desde los idolos de los indígenas hasta las creaciones de Goethe, Rafael, Murillo, Cervantes o Quevedo se extiende un amplio dominio de representaciones que se perfeccionan y evolucionan y que en todo caso tienen un rasgo común: la representación como tal y la contemplación brindan satisfacción. Este rasgo, la satisfacción en la contemplación de lo representado, puede observarse en toda obra de arte. Pero, como ya he dicho, en este simple rasgo no está la esencia del arte sino que es su consecuencia.

El poeta pergeña una sucesión de palabras que adquieren un significado propio que obra más allá de su intención. El poeta se despoja de lo que consiste en contar historias o sucesos históricos -reino de la novela y el teatro- y usa el recurso del lenguaje, en su pureza máxima, para crear nuevas elevaciones espirituales humanas. Si algo hay en el poeta es el obrar de su espíritu en la búsquedad de una verdad paradigmática. No, no se trata de la estética idealista en su ideal supremo; la estética poética es vital, realista y espiritual a la vez: Vida, razón y alma, las tres cosas.

Y se podría aclarar que la descripción de la naturaleza como tal que culmina en el cuerpo de belleza perfecta; no es un objeto suficiente para la poesía. Mientras que puede emocionar profundamente en la pintura y encantar la vista en el mármol. Seguramente la competencia entre las artes obró en este sentido. Pero no es el recurso expresivo de la lengua el que separó la poesía de las demás artes; ni determinó la función peculiar de cada una dentro de la sociedad, sino su propio contenido nuclear.

Wilhelm Dilthey

La tendencia helenística (emoción) y la orientación romántica (idealismo)

Si queremos entender los rasgos comunes de los poetas debemos descartar primero la tendencia helenística (virtuosismo y emoción) y la orientación romántica (idealismo alemán). Este último trasladó al poeta a las nubes de formas ideales o a un mundo ficticio muy alejado de la realidad. En la estética helenística predominó la transmisión de la emoción – el pathos– al que contempla.

La sociedad helenística, profana, urbana y cosmopolita, creía en la inevitabilidad del destino, la independencia y el individualismo,. Gustaba de los grandes espectáculos públicos, de la erudición y la cultura, del virtuosismo técnico, y reflejó en sus obras artísticas los sentimientos y emociones de lo humano, incluso cuando representó lo divino.… se trata de un momento apasionante en el que el pathos, la emoción, intenta transmitirse al espectador. La representación anatómica y la expresión de las emociones humanas en las artes plásticas llegan a una elevada cima; elaborándose obras acordes con el pensamiento y las circunstancias de estos tiempos, con elevada valoración de la estética y fines, en ocasiones, propagandísticos.

Escultura helenística: una revolución estética y conceptual

La vida y la poesía

Es significativa en nuestros tiempos la vuelta a lo emocional tanto en la vida y como en el arte; creación insustancial que no conduce a nada: El vacío. La búsqueda del sentimiento y la emoción desbordante concuerdan con la banalidad de nuestra época. El narcisismo es propenso a beber de las emociones como lo hace contemplando su «propia belleza». En el bien entendido que el narciso de hoy en día lo es porque se emociona siendo vital, hermoso, bueno, tolerante, bello, solidario, proactivo, brillante, transversal, y añádanle todos los epítetos que se escuchan hoy, todos los días y por todo el orbe.

La creación del poeta se basa siempre en la energía de las vivencias

La creación del poeta se basa siempre en la energía de las vivencias. Así como nuestro organismo necesita respirar, nuestra alma exige satisfacción y expansión de su existencia en las vibraciones de la vida afectiva. En nada se parecen la satisfacción y el afecto a la emoción y el sentimiento. Hablo de las alturas del espíritu (satisfacción) y el amor (afecto) más que de emociones y sentimientos; que tienen más que ver con nuestro lado animal más que el espiritual. La emoción y los sentimientos más primarios residen en la admígdala, centro o núcleo del sistema límbico -el hipotálamo (hormonas) y el hipocampo (recuerdos emocionales). El primigenio cerebro animal del hombre, miren ustedes.

El sentimiento de la vida desea recrearse en sonidos, palabras e imágenes; (la música; la literatura (novela, teatro, poesía;…) ; y la pintura y la escultura) la intuición sólo nos satisface plenamente cuando está colmada de ese contenido vital y de las vibraciones del sentimiento, esta vez sí, superior: El gozo, ese sentimiento superior de complacencia. Toda esta compenetración, toda nuestra vida espontánea, íntegra; y la intuición del sentimiento interiorizada y satisfecha que irradia sentimiento de la vida en la claridad del verso. Ése es el rasgo concreto y esencial de toda poesía.

Un sentimiento superior: El gozo

Esa vivencia sólo entrará totalmente in excelsis cuando engarce con otras vivencias; y se capte así todo su significado en completitud. Jamás puede ser resuelta como pensamientos o idea; pero puede ser puesta en relación con la totalidad de la existencia humana mediante la reflexión, en especial la generalización y el establecimiento de los vínculos. Y ser comprendida así en su esencia, es decir, en su significado por el contemplador.

Toda poesía, desde este punto de vista, se compone de vivencias; ellas constituyen sus elementos y sus formas de enlace. En cada visión exterior del poeta obra una disposición de ánimo (Stimmung) viva que llena y configura la intuición; posee y disfruta su propia existencia en un fuerte sentimiento de la vida, en las fluctuaciones entre placer y doIor; proyectadas sobre el fondo claro y puro de la situación, de las imágenes de la existencia. Por eso llamamos poético a un temperamento que sin crear, nos permite gozar siempre de esa bella vitalidad. Por eso llamamos poéticas las obras de otro arte cuya alma es vivencia; vida que nos habla por mediode colores o líneas, en formas plásticas o acordes musicales.

Wilhelm Dilthey

La vida y la poesía

La función de la poesía es, ante todo en lo que se refiere a lo primario, despertar, conservar y vigorizar esa vitalidad. La poesía nos conduce constantemente a esa energía del sentimiento vital que nos colma en los momentos más hermosos; a esa efusión de la mirada por la que gozamos del mundo. La contemplación de la belleza, no sólo como emoción, sino también como satisfacción (espíritu) y afecto (amor).

Mientras que en el vivir cotidiano oscilamos intranquilos entre el deseo y el goce; y la felicidad sólo constituye un día excepcional de nuestra existencia, aparece el poeta; y nos presenta esa lozanía de la vida. Nos concede con sus composiciones una satisfacción tan duradera, sin resabio amargo; y nos enseña a sentir de ese modo y a disfrutar todo el universo como vivencia; y dentro de todo esto el hombre pleno, íntegro y sano.

La disposición de ánimo del poeta al crear transmite otra elevada disposición de ánimo, al ser contemplada: El gozo.

La vida y la poesía

FiN

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El alma del poeta se orienta hacia el misterio