
Dino Buzzati Traverso (Belluno, 16/X/1906 – Milán, 28/I/972) fue un novelista y escritor de relatos italiano, así como periodista del Corriere della sera. (Jóvenes y viejos artistas – Dino Buzzati)
¿Por qué los jóvenes vienen a confesarse conmigo? – dijo el viejo artista -. Porque yo les sé comprender. Mejor aún que en ellos veo las cotidianas injusticias que se cometen contra los jóvenes. Y tengo empeño en señalarlas. Ver a viejos, a hombres de mi edad, roídos por la envidia, poner palos de todo género entre las ruedas de los jóvenes deseosos de camino, que no conocen todavía qué cosa es la bajeza, el odio y el fraude, ni entienden de carrera, mercados y honores! ¡Vergüenza!
A los jóvenes, flor de la vida, ¿cómo es posible no amarles? Lástima solamente verles perderse malamente, estropear los mejores años en cosas de las que después habrán de avergonzarse. Nosotros trabajábamos, corregíamos. Estos, en cambio, no. Les viene una ráfaga, echan afuera unas palabras, no las releen siquiera y he aquí la obra maestra. Se comprende: después se pondrán en su sitio a su vez, naturalmente, quién de médico, quién de abogado, comerciante o mago; todos hallarán tarde o temprano el camino justo y nunca se ha dicho que para vivir sea indispensable ser artista. ¡Pero mientras!
Parece poco generoso, lo sé, que precisamente nosotros os reprendamos, como si quisiéramos desanimaros por bajos impulsos de celos, como si pudiésemos estar envidiosos de vosotros, Y, sin embargo, Precisamente nosotros, que ya no tenemos necesidad de fatigarnos por el pan, nosotros que hemos llegado, por usar este horrible verbo, precisamente nosotros, sentimos la necesidad de amonestaros, benditos muchachos: no lograréis nada con esas estulticias vuestras, os decimos. Hay reglas antiguas que nadie, y mucho menos vosotros, puede permitirse el lujo de ignorar. Vuestras extravagancias e inquietudes no tienen sentido y de ellas se deduce necesariamente que desde el punto de vista artístico son menos que cero.
Jóvenes y viejos artistas – Dino Buzzati
Por favor, pensad en ello, volved al buen camino; de seguir avanzando así acabaréis en el ridículo y el hambre, y la gente se llevará un dedo a la frente como diciendo: pobres necios. He aquí dónde acabaréis. Y por mucho que hagáis ostentación en público de ignorarnos y de ignorar nuestras obras, os queremos lo mismo porque sois jóvenes, ilusionados e inexpertos. Cuánto nos gustaría veros triunfar, literalmente triunfar, en cenáculos y academias. ¡Pero no con los trabajos que hacéis hoy, Dios mío! ¿Cómo podéis esperarlo?
¡Oh, si volvieseis al surco trazado modestamente por nosotros -volvió a suspirar el viejo artista- y lo llevaseis adelante, cada vez más adelante, con mayor genio y grandeza de la que nosotros pudiésemos tener. Vernos superados por vosotros, quitados de en medio, he aquí nuestro voto, con tal de que sepáis crear obras de arte. Sí, hasta esto quisiéramos nosotros, porque los jóvenes nos son queridísimos. Pero así no, como hacéis ahora, así no podemos aprobaros, no podemos ir de acuerdo, mientras os arrastréis delante de los críticos mendigando un elogio, prostituyéndoos de todas maneras.
¡Y creéis haber brotado solos, eh, miserables! ¿Tomáis por buenos los fatigados aplausos dirigidos de cuando en cuando a vuestra edad, a vuestra imprudencia, a vuestros hermosos rizos? Y aunque así fuese, ¿con qué habéis hechizado el mundo? Aunque fueseis en serio los favoritos, ¿cuáles son vuestros méritos? Estafitas, lentejuelas, payasadas, comedias grotescas que no valen un higo seco. ¡Y os reís de nosotros encima ¡Y nosotros tendríamos que estar a la ventana viendo correr a la gente en torno vuestro, sonreíros, echaros flores y monedas, desembolsar por vuestras canalladas dinero y más dinero? ¡Oh malditos asquerosos sucios gusanos que la peste os devore!
Jóvenes y viejos artistas – Dino Buzzati
FiN
Una carta puede herir como un rayo – Antón Chéjov