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Hacia la comprensión de Europa – Christopher Dawson

12/03/2023

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 5 minutos.
Hacia la comprensión de Europa en plena Guerra Fría


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Christopher Dawson (1889–1970) escribió “Hacia la comprensión de Europa en plena Guerra Fría”, poco después de la Segunda Guerra Mundial. Sus enseñanzas son tan acertadas entonces como ahora. Como cuando profetizaba: «La presente división de Europa es tan reciente y tan artificial que es difícil creer que este sea su aspecto definitivo. Cualquiera que sea la causa última de esta crisis, es cierto que es una crisis espiritual. Representa el fracaso del hombre civilizado para dominar las fuerzas por él creadas». En «Hacia la comprensión de Europa», Christopher Dawson (1952) ahonda en el significado de Europa bajo una visión cultural y espiritual no como fruto de decisiones políticas y económicas.

Hacia la comprensión de Europa – Christopher Dawson

Para Dawson «Europa es una comunidad de pueblos que participan de una tradición espiritual común, que tuvo sus orígenes hace tres mil años en el Mediterráneo oriental. Y que ha sido transmitida de siglo en siglo y de una a otra raza hasta llegar a extenderse por todo el mundo». «La tradición ha entrado en Europa y se ha expansionado más allá de ella, y lo que llamamos «Europa» en el sentido cultural es, en realidad, solo una fase de su amplio desarrollo».

Dawson pone de manifiesto que Europa se está desmoronando por no mantener y sostener la fidelidad a sus raíces culturales y espirituales. Porque el “humanismo ateo” que la ha secuestrado, en su búsqueda de su utopía mundial, termina siendo un humanismo deshumanizado. Dawson arguye que Europa más allá de una entidad pòlítica es una comunidad cultural de valores.

Dice más, «los principios morales no sobreviven sin algo parecido a la fe junto con la falta de confianza en la propia cultura y a la pérdida de confianza en la razón». Los signos de la actual crisis moral de esta civilización se ven, de forma dramática, en la caída de población en Europa. Y en que Europa está dominada por una forma de ateísmo. Europa, en el siglo XXI, se enfrenta al «ser o la nada». Puede llegar a convertirse en una extensión del mundo árabe.

¿Cómo se podrá preservar la inteligencia orientadora de la cultura y salvar las tradiciones espirituales de Europa? se pregunta Dawson. Él lo ve como un asunto de la educación. Quizá la forma tradicional de la educación clásica sea anticuada y ya no pueda ser un elemento cultural unificador:. «Cuanto más extendamos el campo de la educación, más necesario resultará disponer de algún principio de cohesión que contrarreste las tendencias centrífugas de la especialización y el utilitarismo». Una parte de la solución sería «encontrar los factores constructivos de la comunidad europea y hacerlos la base de nuestro estudio». Y enseñarlos en la asignatura de Historia.

Piensa Dawson que «aunque en las conversaciones internacionales el concepto de Europa se ha dado ordinariamente por supuesto, sin embargo, rara vez se ha definido. Y, cuando se ha hecho, ha sido generalmente de un modo superficial». Por ello considera necesario profundizar en la comprensión del concepto de Europa.

Haber apartado el mundo del espíritu del hombre europeo es devastador, en opinión del que también fue profesor en la Universidad de Harvard. «La Europa protestante se basaba en la Biblia y el catecismo, mientras la Europa católica se fundaba en la liturgia, el arte y el drama religioso. Esto hacía que la Iglesia fuera prácticamente la escuela del pueblo. Ambas iglesias proporcionaban un sistema de creencias y de normas morales comunes. Enseñaban a los niños los arquetipos de la historia universal y de la historia sagrada, que constituían la base de su mundo espiritual»

Hacia la comprensión de Europa – Christopher Dawson

Sin el espíritu, la cultura deviene en «una abstracción refinada, en vez de expresar una tradición viva que anima el conjunto de la sociedad, conectando el presente y el pasado». La absoluta separación entre la religión y la cultura tuvo su origen en «el encono de las divisiones internas de la Cristiandad y, en parte, en el temor de que los valores trascendentales y divinos del cristianismo se pusieran en peligro por su identificación o asociación con los valores humanos y relativos de la cultura».

Estos factores comenzaron a fermentar mucho antes de que la cultura europea se secularizara. «Se originaron en el periodo de la Reforma, y fue Martín Lutero, específicamente, quien instituyó el dualismo teológico de la fe y las obras (solafideísmo), en una forma tan decisiva, que no dejó lugar para ninguna concepción positiva de una cultura cristiana, tal como hasta él se había aceptado sin dar lugar a dudas». Hegel, luego, llegaría a justificar la guerra.


Es esencial entender «que la comunidad cristiana del pasado no fue sólo un ideal piadoso. También fue un hecho jurídico que proporcionó la plataforma de la organización social de la cultura de Occidente». Enfatiza por ello, Dawson: «Cualesquiera que sean nuestros puntos de vista religiosos y filosóficos, no tiene justificación el hecho de descartar una serie de factores históricos, porque no estamos de acuerdo con las creencias e ideales que se relacionan con ellos».

Tras las dos guerras mundiales de la primera mitad del siglo XX se ha asestado un golpe tan rotundo a «la confianza y la suficiencia de la cultura occidental y sobre la creencia en el progreso, que era tan firme durante el siglo XIX, que el hombre ha tendido a situarse en el extremo opuesto; en realidad el mundo moderno está experimentando la misma clase de peligro que fue tan fatal al mundo antiguo: el «agotamiento de la vitalidad» la crisis de la que hablaba Gilbert Murray, en su obra “Cuatro etapas de la religión griega”.

Europa, en las últimas décadas, ha apostado sólo por la carta de una mayor eficacia económica y política con su unidad. Pero observa Dawson que únicamente «podemos comprender a Europa, en su desarrollo histórico, por medio del estudio de la cultura cristiana, pues ella forma el centro de todo proceso y fue bajo el signo de la Cristiandad como Europa tuvo por primera vez conciencia de sí misma en cuanto comunidad de pueblos poseedores de valores morales y objetivos espirituales coparticipados».

El problema europeo no puede resolverse «por medio de un tajante proceso de reorganización económica y política que conduzca a una unidad federal, a unos Estados Unidos de Europa semejantes a los Estados Unidos de América; pues Europa no posee ni el lenguaje común ni la tradición política común, que han desempeñado un papel tan esencial en el desarrollo de los Estados Unidos y Rusia. Europa debe su carácter único al hecho de que es y ha sido siempre una comunidad de naciones», no una federación.

Concluye Dawson que «la última palabra en los problemas humanos siempre pertenecerá al poder espiritual. Que trasciende tanto el orden de la naturaleza como el orden de la cultura. Y proporciona a la vida humana su significación y su finalidad definitivas. Solo mediante el nuevo descubrimiento de este poder y de la restauración de la relación triple entre los fines espirituales, los valores morales y la acción social es como Europa podrá superar su crisis cultural presente, debida ante todo a la contradicción entre el desarrollo del poder técnico y la pérdida del propósito espiritual».

(FiN) Hacia la comprensión de Europa – Christopher Dawson

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