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España y la excavación de Pompeya y Herculano

08/08/2021

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 5 minutos.
España y la excavación de Pompeya y Herculano

Reconstrucción virtual del Teatro Herculano

Esta es la primera entrada de una dilogía que narra las excavaciones realizadas a partir de 1738 en el reino español de Nápoles como una contribución española a la arqueología romana. En la segunda “El molde sellado de Pompeya y Herculano” se narra como ocurrió la catástrofe en Pompeya y Herculano que nos dejó intactas bajo una espesa capa de lava y lápilli, como una instantánea en vida, un molde sellado resguardando para la historia humana, dos ciudades romanas durante 17 siglos. (España y la excavación de Pompeya y Herculano)

¡Qué milagro sucede? Anhelamos unas fuentes potables, ¡oh tierra!, y ¿qué es lo que nos envia tu regazo? ¿Late también la vida en los profundos abismos? ¿Acaso oculta bajo la lava vive alguna generación nueva? O ¿vuelven quizá las generaciones idas? Griegos, romanos, ¡venid! Mirad: la antigua Pompeya ha surgido de nuevo, de nuevo se edifica la ciudad de Herculano.

Friedrich von Schiller

En el año 1738, María Amalia Cristina, la hija de Augusto III de Sajonia, abandonando la corte de Dresde, se desposó con Carlos de Borbón, rey de las dos Sicilias. Esta reina vivaracha, aficionada al arte, fisgoneaba por los jardines y las amplias estancias de los palacios napolitanos descubriendo estatuas y esculturas, que en parte se habían hallado, por casualidad, antes de la última erupción del Vesubio, y en parte, también, desenterradas en excavaciones debidas a la iniciativa del general Emanuele Maurizio d’Elbeuf.

España y la excavación de Pompeya y Herculano

Fascinada por la belleza de estos tesoros, María Amalia Cristina suplicó con insistencia a su egregio esposo que mandara buscar nuevas piezas. El Vesubio, después de la gran erupción de mayo de 1737, cuando el flanco de la montaña se había abierto y parte de la cima voló al cielo, llevaba año y medio tranquilo bajo el cielo azul de Nápoles. Y el rey escuchó su ruego. Como era lógico, prosiguieron las excavaciones donde d´Elbeuf las había terminado. El rey consultó el caso con el caballero Roque Joaquín de Alcubierre – a la postre descubridor de Pompeya y Herculano- comandante supremo de sus tropas de zapadores, y el español proporcionó obreros, instrumentos y pólvora.

Las dificultades eran notables, pues había que vencer los quince metros de espesor de aquella pétrea masa formada por las viejas lavas de la erupción. Desde un pozo que d’Elboeuf había abierto, se perforaron galerías y se taladraron agujeros para barrenos. Luego llegó el momento en que la piqueta chocó con metal y su golpe resonó como una campana. Lo primero que se halló fueron tres fragmentos de unos caballos de bronce, de tamaño mayor que el natural.

Sólo entonces se les ocurrió que estas obras debían realizarse con prudencia, cosa que en el fondo hubieran tenido que hacer desde el primer momento. Y se buscó un experto, el marqués don Marcello Venuti, humanista y director de la Biblioteca Real, que vigiló desde entonces los trabajos, Siguieron tres esculturas en mármol; romanos vestidos con toga, columnas pintadas y el cuerpo de otro caballo de bronce.

Los reyes se presentaron para la inspección. El marqués se hizo descender por una cuerda a las galerías y él mismo descubrió una escalera, cuya forma le hizo deducir la construcción total del edificio, y el 11 de diciembre de 1738 se confirmó que su hipótesis era acertada. Entonces se halló una inscripción por la cual se podía ver que cierto Rufus habia construido por sus propios medios el Theatrum Herculanense.

España y la excavación de Pompeya y Herculano

Planta del Teatro de Herculanum

Plano del teatro realizado por Giovanni Battista Piranesi en el siglo XVIII.

Así empezó a descubrirse toda una ciudad sepultada. Donde existía un teatro, también debía existir una ciudad. Sin saberlo, D’Elboeuf habia penetrado, años antes, en el centro mismo del escenario del teatro. Este escenario estaba repleto de estatuas. Solamente aquí, y en ninguna parte más, podían acumularse tantas esculturas, ya que la corriente de lava en su destructor avance había derrumbado la pared trasera del teatro; ricamente adornada de esculturas, así como la pared del escenario, cayendo todo ello al espacio donde fueron halladas; donde ruidosamente se habian amontonado y donde sus cuerpos de piedra hallaron reposo durante diecisiete siglos.

La inscripción llevaba el nombre de la ciudad: Herculano.

España y la excavación de Pompeya y Herculano
Mosaico de Neptuno y Anfítrite. Herculano

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Veinte metros de lava, esa piedra que se torna liquida y que surge del cráter,;mezcla de todos los minerales que al enfriarse de nuevo se convertian en vidrio y en nueva piedra, cubrían la ciudad de Herculano.

Los lapilli, minúsculas piedrecitas volcánicas, lanzados junto con la lava grasienta del volcán, caen en forma de lluvia, quedan depositados en la masa, y pueden levantarse con un ligero instrumento. Pompeya no estaba sepultada tan profundamente bajo estos lapilli como Herculano.

Como sucede tantas veces en la Historia, lo mismo que en la vida de las personas, lo dificil es dar el primer paso,;y siempre se pierde la perspectiva creyendo que el camino más largo es el más corto. Después que D’Elboeuf empezara a cavar, pasaron treinta y cinco años hasta que se llegó a descubrir Pompeya.

El caballero Alcubierre, aún encargado de las excavaciones, se mostraba impaciente y estaba descontento de sus hallazgos. Bien es verdad que Carlos de Borbón había podido instalar un museo que no tenía igual en el mundo. Sin embargo, el rey y su ingeniero se pusieron de acuerdo en cambiar el teatro de excavaciones y no avanzar a ciegas,; sino empezando por el lugar donde los sabios señalaban que debía hallarse Pompeya,;la ciudad que, las fuentes antiguas, quedó sepultada el mismo día que la ciudad de Herculano.

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Las excavaciones empezaron el primero de abril de 1748; el día 6 se descubría la primera gran pintura mural maravillosa, y el 19 se encontraba el primer resto humano. En el suelo yacía un esqueleto; de sus manos, que aún parecian querer asir alguna cosa, se habían desprendidos, rodando, monedas de oro y de plata.

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Concierto musical. Una de las pinturas murales halladas en Pompeya.

Pero en vez de seguir excavando con sistema y de explotar lo ya descubierto para llegar a  conclusiones que ahorrasen tiempo, sin sospechar que se habia llegado al centro mismo de Pompeya, se volvieron a cubrir otra vez con tierra los hoyos y comenzó la búsqueda en otro lugar.

Se descubrió la sala de espectáculos del Anfiteatro. Y al no hallar más estatuas, ni oro, ni joyas, se empezó a cavar en otro lugar. La constancia hubiera conducido a la meta. En las proximidades de la puerta de Herculano encontraron una villa, de la cual se pretendió, sin fundamento, que era la casa de Cicerón. Tales pretensiones, desprovistas de toda base, a un jugarán frecuentemente su papel en la historia de la Arqueologia, e incluso a veces un papel provechoso. Las paredes de esta villa se hallaban decoradas con frescos maravillosos; que fueron cuidadosamente recortados y copiados, después de lo cual se volvió a sepultar de nuevo.

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Pasaron incluso unos cuatro años en que no se hizo caso alguno de la región circundante de Civitá, la antigua Pompeya, volviendo la atención a excavaciones más provechosas, otra vez cerca de Herculano, donde se encontró uno de los tesoros antiguos más interesantes de aquella época: la villa con la biblioteca empleada por el filósofo griego Filodemo de Gadaraquien se cree murió en Herculano entre 40 y 35 a.C.- hoy dia llamada Villa dei Papiri.

En 1754, por fin, y en la parte sur de Pompeya, se hallaron de nuevo los restos de algunas tumbas y murallas antiguas. Y desde aquel día hasta hoy, con escasas interrupciones, se han continuado las excavaciones en ambas ciudades. Y así surgió un milagro tras otro.

Sólo conociendo la índole de la catástrofe que afectó a estas ciudades podemos comprender la influencia que ejerció su descubrimiento sobre el siglo del neoclasicismo. Pero eso corresponde a la segunda entrada de esta historia: “El molde que selló Pompeya y Herculano”; donde se narra con todo lujo de detalles la tragedia.

España y la excavación de Pompeya y Herculano

FiN

El molde que selló Pompeya y Herculano