
Tabla de contenidos
- El gozo de lo etéreo, la presencia sutil y anticipada de la eternidad
- Soneto: El viento vital
- (FiN) El viento vital
El gozo de lo etéreo, la presencia sutil y anticipada de la eternidad
El viento vital susurra poesías y ánimos, melancolías y pálpitos. Zarandea los mástiles de los perezosos, golpea los timones de los arriesgados. Si no mengua engendra locuras en las almas que no logran escapar a su presencia continuada y cuando un instrumento le doma adorna el ambiente con sus notas. Sólo hay una cosa sobre la tierra que sea auténticamente libre – libre como el viento yo soy libre, cantaba Nino Bravo- y a la vez generoso en su entrega: el viento.
Si algo representa la libertad es sentirlo en la cara al navegar o una orquesta haciéndole sonar. Verle ondear los cabellos, rizar las olas, zarandear los trigales, combar las lonas o escuchar su voz melodiosa en una armónica, para los hombres, es el gozo de lo etéreo, la presencia sutil y anticipada de la eternidad. No parece ser ni estar pero siempre viene y va. Nunca se para, sólo a veces se esconde como un niño travieso jugando con el hombre. Si el viento y la vida tuvieran algo en común sería la alegría de sus suaves caricias.
Para el viento vital le sigue este soneto:
Soneto: El viento vital
(Poesía)
En el universo alado mora
(FiN) El viento vital
FiN