
El mejor maestro (Poesía)
Si una parte de mí,
en vosotros dejé
Si un sembrador fui
de semillas del ver
Si os hice descubrir
las fuentes del saber
Si el esfuerzo imbuí
como primer deber
Si del amor os dí
la ventana del ser
Si al trabajo os abrí
como diario proceder
Si siempre os exigí
para haceros crecer
Si siempre os pedí
el máximo quehacer
Si, sin faltar un día,
todo esto cumplí
Si una fértil rendija
pudisteis abrir
del saber y del ser.
Si una sola lágrima
llegó a buen fin
Entonces, sólo entonces
Si todo esto cumplí
sabré que vuestro maestro fui
¡ Pero yo, no lo veré !
Cuando por angostos caminos paséis,
en la plenitud de la vida,
no pido más que de mí recordéis
las enseñanzas recibidas.
Y algo más que como maestro,
mi empeño puse en enseñar:
El buen uso de los dones recibidos,
a remediar vuestro arrojo natural,
las flaquezas y las carencias
con templanza, fortaleza y prudencia.
Y, lo más importante de todo,
el amor por las cosas bien hechas
Si todo esto cumplí
Si os inculqué buenos hábitos
Entonces, tendré el pálpito
de que buen maestro fui.
¡Pero yo, no lo sabré!

El mejor maestro (Poesía)
(Publicada el 3 de mayo de 2015. Revisada el 10/05/2021)
FiN