
Poesía: La vida de la lluvia
Preámbulo: El agua
¿Qué cosa nos mantiene adheridas?
¿Qué misteriosa emoción nos engarza?
Solas somos como perlas del agua.
Juntas somos la inmensidad líquida.
En el océano fluimos plácidas
mas la tempestad nos solivianta.
Vislumbramos horizontes en la mar
en las crestas de las olas vencidas.
El dios Eolo nos lleva mecidas,
a besar las arenas de las playas
a jugar en las rocas de las calas
y el reflujo nos trae, recogidas.
Surcar los rios, como siempre unidas,
saltando por indómitas cascadas,
o durmiendo en remansos de agua clara
¡Doquiera vamos florece la vida!
La vida de la lluvia
Tránsito: La nube
Mas ¿qué seremos el día de mañana?
El sol os subirá al cielo, álgidas,
espiritosas, cual gentiles hadas
y admiraréis la tierra alejada
por la corriente ascendente mecidas.
Entre risas fogosas e ingrávidas
Os volvéis a juntar hermanadas
en otro tibio mar de nubes blancas
¡Qué muchedumbre de almas translúcidas!
Mas ¿qué seremos el día de mañana?
El viento os llevará a todas cosidas
rumbo a las cumbres de las montañas
el aire os refrescará al encumbrarlas
y os liberará de las nubes gélidas.
Caeréis libres, fogosas, grávidas.
¡Ya sabéis lo que sois niñas aladas!
Gráciles y hermosas gotitas de agua.
Vuestra vida es engendrar la vida.
¡Vuestra euforia es la savia del mañana!
Jolgorio: La lluvia.
¡Lluvia! j¡Lluvia! ¡Lluvia!
¡Llover! ¡Llover! ¡Amadas!
Aromas de mi agua querida,
olores de tierra mojada.
Del césped esa fragancia
de elegancia verde esmeralda.
¡Elixir de sutil armonía!
Llenar de alegría
los rosales, las frondas,
los valles y las rías.
Los campos de labranza
regarlos noche y día
y colmar las esperanzas
de la gente sencilla.
Limpiáis el aire esos días
que aparecéis alborozadas
por «el patio de mi casa
que es particular».
«Cuando llueve se moja
como los demás»
( Licencia poética mía)
O caes dulcemente, lluvia,
desde las nubes altas
a posarse en la mejilla
de una niña ilusionada.
Tan jubilosa chiquilla
que baila, ríe y canta
al agua que da la vida.
Mira como canta la cría:
«¡Que llueva! ¡Que llueva!
La Virgen de la cueva».
Tarareaba la dulce pupila:
«Los pajarillos cantan».
las nubes se levantan.
¡Qué sana infantil alegría!
¡Sea esta empapada alegoría
para esa pequeña gran niña
que pidióme esta poesía!
Dedicada a Rosa @cociro a quién le ofrecí una poesía y me pidió que fuera a la lluvia.

La vida de la lluvia
FiN
Se es poeta por amor a la verdad