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El mito poético de las dos Españas

08/03/2021

Escritor Español Petrusvil

Poeta, escritor, divulgador y analista.
Tiempo de lectura 7 minutos.
El mito poético de las dos Españas
Petrus Vil vs Antonio Machado

Tabla de contenidos

1.- El mito poético de las dos Españas

Petrusvil vs Antonio Machado

El mito poético de las dos Españas. Oh! mi Antonio Machado, aquel muchacho del patio de Sevilla y del huerto claro donde madura el limonero; el caminante son tus huellas el camino y nada más, caminante no hay camino se hace camino al andar; al que se le murió Don Guido un señor de mozo muy jaranero muy galán y algo torero de viejo gran pensador (esta de Serrat la canto en la ducha muchas mañanas); el de esa guitarra del mesón de los caminos que hoy suenas jota, mañana petenera; aquel del todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar pasar haciendo caminos caminos sobre la mar.

El mito poético de las dos Españas
Federico García Lorca

Hoy, aquí, mi venerado Don Antonio le contaré las desavenencias que convierten mi relación con alguna de sus obras en una zozobra, en una relación poética de amor odio. Ud., uno de mis poetas preferidos, de primeros de s. XX, por supuesto después del genial Federico  – no se me moleste – y, si me apura tercero a la sombra de Miguel Hernández; mejor tercero que nada.

El mito poético de las dos Españas
Miguel Hernández

Y fíjese lo que me sale que de su hermano, Manuel, me he olvidado siendo acaso que fué su más genético parejo y su compañero creador de obras de teatro pero al que silenciaron sus obras, víctimas de la cercenación de la historia arteramente perpetrada por sus seguidores Don Antonio.

El mito poético de las dos Españas
Manuel Machado

La desmemoria de los que perdieron

Hasta a mi llegó el virus de esa desmemoria fabricada por los que perdieron que ha terminado – cosa en extremo curiosa –  imponiendo por entierro de la otra, su cultura, sus poetas, sus literatos y sus sesgados historiadores; claro que contra eso hay la cura infalible de no creerse nunca lo impuesto y cuestionarlo todo, como ud. hacía.

Esa es su izquierda y, a la que, en el presente se le une, una derecha acomplejada que la sigue servil y bienintencionada cuando de buenas intenciones están los cementerios llenos, ¿verdad Don Antonio? Y es que igualarnos o parecernos por sólo un lado es tirar la mitad de nuestra riqueza. ¿No cree?

      Aquí llegado, digo que no pretendo emularle, Dios me libre, con mi enfrontada poesía que hoy he escrito – que no enfrentada a fe mía – con la que busco la lucidez del espejo – el alumbre que diría Federico – y la fraternidad perdida en las dos Españas – lo ve, otra vez su maldito plural- a ver si enfrontándolas se miran y no se ven tan distintas y desta mirada generosa muere, por fín, entre babosos estertores y bien ganados dolores el odio, ese rencor que pudre las almas y envenena las vidas de quienes lo gastan.  

Mas hay dos cosas mi admirado Don Antonio – única y solamente dos cosas – que a mi me hieren de su excelso quehacer poético y son, a saber: Un más que cierto rencor anticlerical y anticatólico entre líneas gruesas o sutilmente hilvanadas.

¡Si puedo cantar, sí quiero!

Porque si:

  <¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero, 
sino al que anduvo en el mar!>  

… no lo haga pues, déjenos las escaleras y no hable de lo que no sabe buen hombre, porque para el hombre de fe el amor y la esperanza reside en la cruz no en las andanzas marinas en el mar de Galilea que, dicho sea de paso no es mar sino lago.

  O si:  

<Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.>  

… esa España inferior que ora y embiste

¿Inferior? ¿Qué embiste? bo ¿Qué de malo tiene orar y, no es bendita la siesta? si ¿Qué embiste? -¿Quién embistió contra los orantes? ¿Qué no sabe usar la cabeza? Mejor no seguir. No es acaso ofender a los que tienen creencia y a una parte notable de sus coetáneos con sus versos ¿Qué necesidad tenía de ello, maestro? Acaso no ve que sus más bellas letras no llevan esa impronta ruín, o quizás, como todos nosotros, ud.  fue hijo de su época a la que sustraerse no pudo; ese «yo y mis circunstancias y si no las salvo a ellas no me salvo yo» de su contemporáneo Ortega y Gasset.    

Pero, Don Antonio,  lo que peor mal llevo, es que tenga el nefasto honor de haber  logrado separar y marcar dos yeguadas de la misma sangre.  Acaso sin intención plena sino que, en pleno acto creador, le surgió esa, en mala hora, forma tragipoética de expresar el horror y la crueldad de una guerra civil entre hermanos de una misma madre y verá que aquí peco de tratarle con indulgencia-.  ¿Y que sembró con tal poesía de infantil dicotomía?, que aún ud. no lo quisiera, acabó dando carnaza a la gleba, que de dos palabras y un corazón helado surgiera gangrena postrera a nuestra civil guerra pues dura ya la infección 79 años, pudriéndonos, esa maldita cosa horrible y rencorosa, ese desdoblamiento cruel de lo que una vez fue un pueblo felizmente hermanado.      

¡…una de las dos Españas ha de helarte el corazón!

 Sepa, Don Antonio, que ese:  

<Españolito que vienes al mundo te guarde Dios,
una de las dos Españas ha de helarte el corazón>  

no se lo perdono, ni conceptual ni poéticamente hablando, que por mor de la poesía dividiera en dos lo que era una, España. Aunque no hubiera malicia en su recurso poético sus efectos han sido devastadores. y es que sus crueles «dos Españas» resultan ser la misma, y ese plural nos la sustrae, nos la aliena, nos la divide en dos mentes siendo el mismo cuerpo y así exangües de desangrarnos los unos en los otros y viceversa nos ingresó, con nuestros corazones helados, en el frenopático de las naciones.

Ni al pueblo americano con su cruenta guerra civil se le ocurrió semejante barbaridad conceptual, lo superaron, y adelante fueron, unidos todos, distintos todos y tan sanos de lo mental que siguen en lo alto de donde están, y ello es así porque la libertad es más fuerte que la igualdad.

Dicen que la desmemoria por un golpe con otro se arregla o que un clavo saca otro clavo, pues aquí lo dejo, claras están mis intenciones, no son pues otras ni son espurias y que nadie torticeramente me las tuerza:  

Nota: Hay dos opciones la que viene a continuación con las poesías confrontadas en formato jpg. O en texto libre, más abajo. Primero la de PetruVil y luego la de Antonio Machado.  

2.- Las dos poesías enfrontadas Petrusvil vs Antonio Machado

El mito poético de las dos Españas

El mito poético de las dos Españas

3.- Poesía: El futuro imperecedero de Petrusvil

El mito poético de las dos Españas  

 

La España de pachanga y cuchufleta,
de ya negada hombría,
devota de Servidumbro y de Soberbia
de espíritu fisgón y de suelta bragueta.
ha de tener su *urna y su día
su ignaro mañana y *este poeta
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por Dios sea pasajero!
por la sombra de un merluzo tarambana
de un payaso con hechuras de rastrero
que a la moda de lo franc fue masonista
un mucho al uso del lerdo pagano
y al estilo de España nocivo optimista
con vicio de manchar todo con sus manos.

Esa España inferior que odia y regresa
a lo ya muerto, zaragatera de daga en ristre,
esa España inferior que ahora embiste,
que sólo para eso conoce usar la cabeza
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sesgadas intenciones
y de adocenadas formas y maneras;
florecerán las bandas «nacionólicas»
y otras coletas en otros calaveras
zumbonas, despreciables y catódicas.

El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por Dios sea pasajero!
por la sombra de un merluzo tarambana
de un payaso con hechuras de rastrero;
de vacuo que fué casi da un mañana huero.

Desta manera advino un contrahecho grifo
un zafio, criado en el rojo sol,
que sazona de heces turbias
las simas de sus círculos;
y ¡ay! pregonará ese mundo feliz ya escrito
con su pose teorética y radicalona.

Mas otra España nace,
(la que siempre estuvo)
la España de la concordia y de la maña
con esa eterna excelsitud que se hace
del pasado macizo de su marca.

Una España comprensiva y generosa
España que en el cenit laborea
con una pluma en la mano trazadora,
España de la serenidad y las ideas.

4.- Poesía: El mañana efímero de Antonio Machado

El mito poético de las dos Españas

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El mito poético de las dos Españas

La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y de alma quieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.

En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.

Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.

El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.

Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.

Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.

Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.

El mito poético de las dos Españas

FiN

El alma del poeta se orienta hacia el misterio.